Sniace ha asegurado que el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, tiene el plan de viabilidad de la compañía desde el pasado diciembre y ha calificado de "inauditas" e "incompresibles" las declaraciones del jefe del Ejecutivo regional en las que deja ver que no lo tenía.

Así ha respondido Sniace en un comunicado tras escuchar este jueves a Diego explicar que el Gobierno de Cantabria había solicitado el plan de viabilidad de la compañía para determinar los posibles apoyos públicos.

Diego advirtió, a preguntas de los medios, que sin plan, "no habría ningún tipo de apoyo por parte del Gobierno" porque dicha Administración —dijo— "no puede tirar el dinero" y necesita conocer el plan de viabilidad de Sniace "en todos sus términos" —los relativos a la puesta en marcha de la empresa y los que afectan a los trabajadores—, para analizarlo desde el punto de vista técnico y sacar las conclusiones que corresponda.

Tras estas declaraciones, Sniace ha asegurado que el 4 de diciembre remitió por correo electrónico al presidente regional un borrador del plan de viabilidad, indicándole que no se esperaban variaciones sustanciales sobre el mismo.

Además, añade que el 26 de diciembre se le envió la versión definitiva del plan a través de un correo electrónico, del que ha adjuntado una copia a los medios de comunicación.

También la compañía ha recordado que el Gobierno regional está personado en el procedimiento concursal y recibe judicialmente copia de toda la documentación.

Así, ha remitido el escrito del juzgado que lleva el concurso de Sniace, en el que da traslado a las partes personadas del plan de viabilidad.

Por otra parte, la empresa informa de que el documento se encuentra a disposición de todo el mundo en la web de la compañía.

De esta forma, Sniace ha querido puntualizar estas declaraciones del presidente regional y, según la empresa, su "inexactitud", no sin antes aclarar que "no tiene ni ha tenido intención de abrir inútiles polémicas".

Sin embargo, ha señalado que declaraciones como la de Diego "no hacen más que crear más confusión y dañar la imagen de la compañía" en un momento en que ésta debe proseguir con los trámites que conduzcan a la reapertura de la fábrica y a reiniciar su actividad.