El PSPV, que ejerce la acusación popular en la pieza 3 del caso Gürtel, relativa a presuntas irregularidades en las contrataciones de la feria Fitur entre los años 2005 y 2009, ha defendido que el tribunal juzgador no está contaminado, pese a lo que mantienen las defensas, al tiempo que ha aclarado que el juez recusado, Juan Climent, estuvo en el Gobierno socialista de Joan Lerma de la mano de Rafael Blasco, cuando tenía "otro signo político" al del PP.

El PSPV, que se ha adherido a la mayoría de las manifestaciones efectuadas por el ministerio fiscal, quien le ha precedido en el turno, se ha detenido para analizar las dudas planteadas por las defensas de los 13 acusados sobre la imparcialidad del tribunal juzgador.

Al respecto, ha aseverado que la Sala "no está contaminada". Sobre la recusación del magistrado Juan Climent, ha señalado que no es quién para defender la capacidad o la imparcialidad de Climent, porque ni tiene conocimientos para ello ni está en esa posición.

Pero en relación con el partido al que representa, el PSPV, ha indicado que las defensas han denunciado la politización de este proceso "sacando unos hechos de hace 30 años", cuando Climent estuvo en el gobierno socialista con Lerma. Al respecto, ha puntualizado que Climent y el actual secretario general del PSPV, Ximo Puig, firmante de la denuncia de este caso, "no coincidieron en el tiempo en el partido".

Así, ha explicado que Climent fue nombrado secretario general técnico en 1983 con el gobierno de Lerma, y cesó en marzo de 1985. Puig -ha agregado— entró a tomar posesión como jefe de gabinete en 1987, es decir, dos años después de que abandonara el cargo el magistrado.

Además, ha puesto de manifiesto que Climent fue nombrado en 1983 "a propuesta de un exconseller -del equipo de Gobierno de Francisco Camps— de signo distinto que se ha sentado aquí -en el banquillo de los acusados— y no ha salido muy bien parado y tampoco se ha atrevido a dudar de la integridad del juez" cuando fue juzgado por el caso Cooperación, por el que fue condenado a ocho años de prisión.

Por ello, ha aseverado que no entiende a qué viene la recusación del magistrado, "si no lo nombran los del mismo signo político y no hay coincidencia en el tiempo". Además, ha aseverado que "si esto está contaminado, imagínense qué va a pasar con el recién nombrado Fernando de Rosa como presidente de la Audiencia de Valencia, quien también fue conseller del PP".