Sabía usted que en Fuenlabrada (Madrid) hay una estación de tren que conecta el mercado mayorista chino más grande de Europa con el mercado más grande del mundo, situado en la costa de China? ¿Y que esta conexión se realiza a través de la línea ferroviaria más larga jamás implementada por el ser humano? Si ha respondido negativamente a estas preguntas, no se alarme: no es, ni mucho menos, la única persona que se ha perdido esta formidable historia.

De hecho, el proyecto de la citada línea de tren ha estado envuelto desde el principio en un extraño hermetismo compartido por todas las partes implicadas, desde los Gobiernos chino y español hasta las empresas operadoras del tren, pasando por la comunidad empresarial a ambos extremos de la línea.

Quizás este secretismo se deba a que el proyecto está todavía en periodo de pruebas, ya que se está evaluando su rentabilidad antes de su implementación definitiva. Sea como sea, el megaproyecto ya se ha mostrado viable técnicamente al completarse con éxito un trayecto de ida y otro de vuelta de convoyes cargados de productos chinos y españoles, respectivamente. Por el camino, se han batido varios récords y se ha hecho historia.

Todas las cifras relacionadas con esta línea de tren son formidables. Su recorrido, de 13.000 kilómetros, supera a la suma de los trayectos del Transiberiano y el Orient Express y es la línea ferroviaria que más países atraviesa (España, Francia, Alemania, Polonia, Bielorrusia, Rusia, Kazajistán y China).

El trayecto dura unos 20 días, durante los cuales se realizan tres cambios de ancho de vía en las fronteras entre China y Kazajistán, Bielorrusia y Polonia y Francia y España (concretamente, en Irún). En total, hay ocho administraciones ferroviarias distintas involucradas y las locomotoras se cambian cada 800 kilómetros, aproximadamente.

El bazar más grande del mundo. En el extremo occidental de la línea está Cobo Calleja, uno de los mayores polígonos de venta al por mayor de Europa, que cuenta con su propia estación de tren, Abroñigal, y está especializado en productos chinos. En el extremo oriental, la localidad de Yiwu, situada en la provincia de Zhejiang, unos 300 kilómetros al sur de Shanghái, "conocida por el extraordinario desarrollo experimentado gracias a la plataforma comercial creada en los años 80, el que es considerado el mayor mercado mayorista del mundo", indica Eduardo Euba, consejero económico y comercial de la Oficina Económica y Comercial de España en Shanghái.

Ello convierte a esta ciudad "en el lugar del mundo con mayor comercio mayorista de pequeños artículos de todo tipo", en palabras de Tufan Khalaji, gerente de Interrail Services, una de las principales empresas operadoras del tren e impulsora del proyecto. "La gama de productos es inmensa, desde juguetes hasta cepillos para el pelo, corbatas, objetos decorativos...", enumera Khalaji.

En definitiva, todo tipo de productos destinados a bazares de los cinco continentes. En el mercado de Yiwu se puede encontrar, por ejemplo, una tienda dedicada exclusivamente a la venta de raquetas eléctricas para matar mosquitos; o un puesto especializado en la venta al por mayor de puños americanos; o pasillos enteros en los que solo se ve un mismo tipo de artículo, como bolígrafos o flores artificiales.

Además de toda clase de productos decorativos, textiles, electrodomésticos, muebles, artículos electrónicos y de menaje, etc. El eslogan de la ciudad, no en vano, es Un mar de productos, un paraíso para compradores. La actividad en Yiwu es especialmente intensa en las semanas previas a las fechas navideñas. Aunque en China no se celebra esta fiesta cristiana, el 60 % de los productos decorativos que engalanan los hogares, oficinas, centros comerciales y edificios públicos de todo el mundo en esas fechas se fabrican en Yiwu. No por casualidad, la cadena británica BBC la denominó "la ciudad china donde se fabrica y se vende la Navidad". Todo en ese lugar es colosal. El mercado cuenta con 75.000 puestos de venta distribuidos en seis sectores de cinco pisos cada uno.

En total, ocupa una superficie de 5,5 millones de metros cuadrados y da trabajo a 210.000 empleados. Con más de 200.000 visitantes al día, en este mercado se pueden encontrar 1,8 millones de artículos de 26 categorías diferentes que son exportados a 219 países. El tren que cruza dos continentes.

"El Gobierno de la provincia de Zhejiang consideró que una línea regular de trenes de mercancías abriría un canal eficiente para la exportación de estos bienes hacia Europa", relata Khalaji. "Se trata de una iniciativa surgida en Yiwu, con apoyo de las autoridades locales y gestionado por una empresa operadora china [Timex], en colaboración con gestores logísticos alemanes [Interrail Services y DB Schenker] y españoles [Transfesa y Renfe Operadora]", asiente Euba.

A la llegada a la estación de Abroñigal, el pasado noviembre, del primer tren desde Yiwu cargado con productos chinos de papelería, artesanía y consumo doméstico, se celebró una ceremonia oficial que contó con la presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.

Sin embargo, dos meses y medio después, el tren partía de vuelta rumbo a Yiwu con retraso y sin ningún tipo de anuncio oficial, se supone que cargado de productos españoles, principalmente vino, jamón y aceite de oliva. El retraso en la salida del tren se justificó por la crudeza del invierno ruso, que podría haber dañado los delicados productos de alimentación españoles y obligó a esperar a que llegaran desde Alemania unos contenedores especiales con calefacción.

Sin embargo, tal vez este perfil bajo en la salida del tren desde Madrid tenga que ver con que, si bien no hay demasiadas dudas sobre la viabilidad económica de la línea en sentido Yiwu-Madrid, ya que existe bastante certeza de que iría cargado regularmente con suficiente volumen de productos chinos, "el potencial aprovechamiento exportador desde España de la línea está aún en estudio de viabilidad", según reconoce Euba.

Al parecer, existe el temor de que la demanda de productos españoles no sea suficiente para rentabilizar el trayecto en sentido Madrid-Yiwu. Según Khalaji, esto tendría solución: "Algunos de los contenedores se fletarían llenos por mar hacia China y el resto irían con bienes de exportación de España mediante el ferrocarril a Alemania, donde se cargarían nuevamente con mercancías, como por ejemplo piezas de automóvil, para su exportación a China por tren".

Alemania se ha convertido en una pieza logística fundamental en las redes comerciales entre China y Europa, tanto por su ubicación geográfica como por su capacidad exportadora. De hecho, según fuentes de Transfesa, la operadora de la línea en el tramo español, "hasta ahora, las únicas conexiones regulares entre China y Europa terminan en Alemania". Y añaden que "tras finalizar esta fase de pruebas, se evaluará la posibilidad de establecer una línea regular entre China y España".

Según Khalaji, la idea es que haya "dos trenes al mes desde Yiwu", aunque no está claro "si el tren llegará hasta Madrid o, en caso necesario, se quedará en un punto central de Alemania como centro de distribución. Eso esta aún por decidir por parte de los contratistas chinos», señala. Euba pone sobre la mesa otro factor nada desdeñable: "La mayor parte de la comunidad china en España es oriunda de la provincia a la que pertenece Yiwu, por lo que es un tren que tiene un valor simbólico en la relación bilateral".

Tierra, mar y aire. El principal inconveniente que tiene el transporte de mercancías por tren es su precio. "En términos competitivos, como modalidad de transporte y en particular frente a la vía marítima, el tren va a reducir la duración del trayecto, pero su coste va a ser superior», indica Euba. "El transporte marítimo es más barato, pero mucho mas lento", asiente Khalaji.

Sin embargo, el responsable de Interrail Services subraya que el transporte ferroviario "se entiende no como una competencia al tráfico marítimo, sino más bien como una alternativa de transporte just-in-time, muy competitivo, frente al mucho más caro transporte por aire/mar o únicamente por aire".

Entre las principales ventajas del tren, Khalaji señala que ofrece "una elevada estabilidad en los precios, lo cual hace los costes planificables", además de que "hoy en día existen cadenas logísticas funcionales para el transporte ferroviario". Por otro lado, asegura que "el tiempo de circulación se reducirá aún más" en el futuro.

En definitiva, resume, "la conexión con China por tren ha dado un gran paso hacia la normalidad, y esto lo ven los clientes, por lo que lo tienen en cuenta como una opción más a considerar". Un empresario chino que se dedica a la importación de vino y aceite españoles y prefiere permanecer en el anonimato no está de acuerdo con esta visión.

"Bajo mi punto de vista, el proyecto tiene más objetivos de influencia política que económica", señala. Este hombre de negocios anónimo indica el coste como el principal inconveniente de transportar mercancías a través de este tren, pero además, cree muy difícil poder controlar la "estabilidad de todos los países que atraviesa la línea", lo que a su juicio supone un riesgo añadido.

"No descartamos utilizar el tren para transportar nuestros productos, pero nos lo plantearemos una vez conozcamos los servicios y tarifas con exactitud", indica por su parte Zhenghao Zhang, manager general de Huxitai SL, empresa dedicada a la importación de productos agroalimentarios españoles (jamón, aceite de oliva, leche y vino) en China.

Una puerta al mercado chino. Ambos coinciden, en cualquier caso, en el potencial y las oportunidades que existen para los productos españoles en el mercado chino, especialmente "los productos agrarios y el sector turístico, por lo menos a corto plazo», en palabras de Zhang, quien señala que "el mercado es cada vez más maduro" y la etiqueta Made in Spain es, cada día que pasa, más conocida y apreciada en China.

Por su parte, el empresario anónimo coincide en que «en los últimos años ha mejorado bastante la presencia de productos españoles en China", y asegura que "tienen mucho espacio para crecer", aunque "la competencia de otros países con mejor marketing es muy dura".

"No creo que una línea de tren pueda solucionar todos los problemas", remarca. Eso sí, asegura que "el mercado de Yiwu interesa a los productos españoles y a los de todo el mundo". No en vano, en esta ciudad operan 13.000 empresas extranjeras y, solo en 2014, se registró un volumen de importaciones y exportaciones de 21.200 millones de euros. De los 40.000 visitantes que el mercado recibe cada día, 5.000 son extranjeros.

Poco a poco, de esta manera, se está "formando una escena de comprar y vender productos del mundo", según la web del mercado. De hecho, no es infrecuente, por ejemplo, ver carteles y anuncios en árabe. El mercado está situado en una de las zonas más prósperas de China, trufada de importantes ciudades y centros de consumo como Shanghái, Hangzhou, Nankín, Suzhou o la misma Yiwu, cuya renta per cápita es 2,5 veces mayor a la media china.

En definitiva, el tren Madrid-Yiwu supone una enorme puerta de entrada y toda una oportunidad para que el made in Spain se haga un hueco en China, uno de los mercados emergentes más grandes y prometedores del mundo.

La línea Madrid-Yiwu es uno de los seis proyectos ferroviarios para el transporte de mercancías entre China y Europa impulsados por las autoridades chinas para que estén operativos en 2025.

Según Eduardo Euba, consejero de la Oficina Económica y Comercial de España en Shanghái, "las autoridades chinas están dando creciente importancia a corredores de transporte y proyectos de infraestructuras que resuciten de alguna manera la antigua ruta de la seda".

Aunque la línea más larga es la Madrid-Yiwu, todas son colosales. La Chongquing-Duisburgo conectará el centro de China con el oeste de Alemania; la Zhengzhou-Hamburgo, el este de China y la zona de Alemania más cercana a Dinamarca; el tren Wuhan-Pardubice unirá la provincia oriental de Wuhan con la República Checa; el proyecto Chengdu-Lódź vinculará el corazón de China con Polonia, y la línea Suzhou-Varsovia, el Mar de China con el límite entre Europa Central y Oriental.