Fallas experimentales: una apuesta arriesgada por conjugar tradición e innovación

  • Algunas comisiones optan por diseños atrevidos que rompen la estética convencional del monumento fallero.
  • Los artistas combinan ideas rompedoras con una vuelta a materiales clásicos como el cartón-piedra.
  • Mossén Sorell-Corona presenta este año una falla ideada a partir de los elementos que se retiran de la calle para plantarlas: coches, mobiliario urbano...
Parte de la falla de Mossén Sorell-Corona, en el taller durante su confección y montaje.
Parte de la falla de Mossén Sorell-Corona, en el taller durante su confección y montaje.
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Parte de la falla de Mossén Sorell-Corona, en el taller durante su confección y montaje.

En una fiesta como las Fallas, lo más tradicional es innovar. Esta es la filosofía que siguen algunas comisiones y que, en muchos casos, se plasma en el monumento, la parte más visible de su actividad.

Un ejemplo de ello es la falla Mossén Sorell-Corona. Enclavada en pleno centro histórico de Valencia, donde surgió la fiesta, llevan años apostando por no ceñirse a los cánones de lo común. Tanto es así que, tras ganar durante 10 años el primer premio del concurso de fallas innovadoras y experimentales del Ayuntamiento, han decidido salirse.

Su presidente, Miguel Ángel Pérez, cree que hasta las fallas experimentales "se pueden acabar convirtiendo en tradicionales como las demás". De hecho, incluso han decidido no repetir artista fallero y han optado por encargar cada año su monumento a una persona diferente.

La apuesta de este año es una clara muestra de este espíritu alternativo y rompedor. Han ideado una falla que juega con todos los elementos urbanos que se retiran para plantar una falla (mobiliario urbano, vehículos...) y eso es lo que plantarán. Será una falla hecha con todo lo que las demás apartan para montar sus monumentos.

El artista urbano Escif, a quien han encargado el conjunto, tiene libertad absoluta. Pérez sostiene que el artista "debe innovar si lo cinsidera por el enfoque elegido", pero la innovación en sí misma no debe ser un corsé. "Una falla convencional es lo que la gente espera ver", explica el presidente de la falla Corona. Una experimental en cambio, tiene que atreverse con las formas, los materiales (la vuelta al cartón-piedra, por ejemplo) y arriesgar. "Debe hacer una apuesta que marque la diferencia y que más que ir contra el sistema sea alternativa, conceptual y valiente", añade.

La ciudad ha visto surgir en los últimos años más ejemplos de este tipo. Desde fallas confeccionadas con muebles y enseres viejos, al estilo de las primitivas que dieron origen a la fiesta moderna, hasta atrevidos conjuntos futuristas. En el debate de muchas comisiones está la apuesta por un monumento más vistoso, central en la fiesta, o una falla más modesta para primar actos y otras inversiones en pro de los falleros en tiempos de estrecheces económicas. En cualquier caso, la apuesta por la innovación ha venido para quedarse.

Una ruta fallera alternativa

Las denominadas fallas I+E, innovadoras y experimentales, han elaborado un itinerario por Valencia para los aficionados a los monumentos menos convencionales. Un comité de expertos pasará por las comisiones que integran esta ruta y valorarán con criterios alejados de la estética tradicional las propuestas de cada monumento. Entre ellos no está solo el diseño, sino la propia concepción de la falla (la idea original) y los materiales utilizados para su construcción.

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