DEBA cree que el problema real del parque de La Marga es el abandono y la falta de mantenimiento

La Plataforma en Defensa de la Bahía (DEBA) considera que el problema real del Parque de La Marga es "el estado de abandono, la falta de mantenimiento y la progresiva degradación" que ha ido sufriendo, a su entender, "por las decisiones poco acertadas tomadas en el pasado por el Ayuntamiento de Santander".

En este sentido, señala que en este espacio se ha ido emplazando una serie de instalaciones que no son compatibles con un parque, por ejemplo la estación de transferencia de basuras por recogida neumática, una instalación que "a nadie se le ocurriría situar, por ejemplo -dice-, en la península de La Magdalena o en los Jardines de Pereda".

Para DEBA, la ubicación de dicha estación en este parque constituye "uno de los serios problemas" del mismo. Además, señala que el acceso al parque resulta "problemático" porque se hace "regateando obstáculos" a través de un espacio "muy restringido y acotado" por viales, edificios e instalaciones varias.

La plataforma destaca que todo ello ha colaborado a la "progresiva marginalización" de este espacio. Al mismo tiempo, señala que "no parece muy lógico quitar árboles precisamente en la zona más contaminada de Santander".

Ante las obras de remodelación que el Ayuntamiento de Santander están realizando en el parque de La Marga, DEBA se pregunta "si es una necesidad real y constituye un gasto prioritario dentro de la endeudada economía municipal, o si obedece, más bien, a la estrategia electoral del alcalde -Iñigo de la Serna- y al pago de favores".

En su opinión, el Parque de La Marga es "un significativo ejemplo de la anacrónica consideración que el Ayuntamiento hace de los parques, tratándolos como espacios residuales, capaces de albergar todo tipo de equipamientos e instalaciones, aunque resulten inadecuadas o excesivas".

Para DEBA, lo sucedido en el Parque de La Marga demuestra que el alcalde "se comporta como si fuera el propietario de la ciudad y no como un gestor democrático de la misma".

"Ha sido y es propio de este alcalde excluir a la sociedad evitando la participación ciudadana, y exigiendo a la población un apoyo acrítico y absoluto a las decisiones previamente tomadas por él, plasmadas en fantasiosas infografías. El ataque a quienes no se someten a sus ocurrencias y prioridades urbanísticas, le deslegitima como gestor democrático, y le consagra como un político déspota y alejado de la población, y sus necesidades reales y propuestas", sostiene DEBA en un comunicado de prensa.