Pese a que los datos del sector mejoran, aún existe un excedente de viviendas vacías de entre 650.000 y 700.000 inmuebles –sumando los datos del Ministerio de Fomento y los balances de la Sareb–. El dato lo recuerda el informe semestral del mercado inmobiliario de España que elabora Bankinter: unas 100.000 viviendas no se podrán vender nunca salvo que se apliquen descuentos de derribo por su difícil ubicación.

Sin embargo, cree que "no será un impedimento para que se reactive la actividad constructora, debido a la desigual distribución de este excedente". En las localizaciones más demandadas (prime) hay una escasez de oferta que, según la entidad, se cubrirá en los próximos trimestres a través de la rehabilitación y la nueva promoción.

Según el informe, la demanda de viviendas en España volverá a repuntar en 2015, con un incremento de las transacciones del 15%, lo que elevará los precios de los inmuebles un 1,5% de media y hasta un 5% en 2016. La entidad financiera precisa que, dada la heterogeneidad del mercado inmobiliario español, los precios de la mayor parte de las capitales de provincia y las poblaciones alejadas de las grandes ciudades se mantendrán estables o incluso podrían reducirse ligeramente durante los próximos meses.

Por su parte, en las zonas prime de las grandes ciudades y en las mejores localizaciones de los focos turísticos de mayor interés se registrarán incrementos de precios que podrían superar el 3% en 2015 y el 5% en 2016.

Bankinter espera que la demanda aumente hasta las 400.000 viviendas en 2015 y las 450.000 el próximo año. Una parte significativa de este crecimiento de la demanda vendrá motivado por una recuperación de las ventas de vivienda nueva y el mantenimiento del empuje de la demanda por parte de extranjeros. Este repunte hará que las compraventas de viviendas alcancen la barrera psicológica de las 100.000 operaciones en 2016.

El banco explica que esta mejora del panorama inmobiliario se debe a la recuperación económica –estima un crecimiento del 2,2% del PIB este año–, que llevará a un mejor clima laboral, un aumento de la confianza y a un mayor acceso a la financiación. Con todo, avisa de que no es previsible que la recuperación del sector sea ni muy rápida ni de un calado suficiente para que se vuelva a una situación similar a la que había antes de la crisis, tanto en transacciones como en incrementos de precios.