Las contrataciones a mayores de 45 años en Andalucía crecen por encima de la media, un 14% frente al 12% general

Las contrataciones a mayores de 45 años en Andalucía han crecido por encima de la media, en concreto un incremento del 14 por ciento frente al 12 por ciento general, según un informe de la Fundación Adecco, que precisa que la contratación a personas con discapacidad ha crecido de forma algo más moderada (10,7 por ciento), "pero aun así ha alcanzado su máximo histórico: 13.854 contrataciones".

Las contrataciones a mayores de 45 años en Andalucía han crecido por encima de la media, en concreto un incremento del 14 por ciento frente al 12 por ciento general, según un informe de la Fundación Adecco, que precisa que la contratación a personas con discapacidad ha crecido de forma algo más moderada (10,7 por ciento), "pero aun así ha alcanzado su máximo histórico: 13.854 contrataciones".

En una nota, dicha fundación ha explicado que integró en 2014 a 5.161 personas en riesgo de exclusión pertenecientes, en un 55,4 por ciento a personas con certificado de discapacidad; un 16,9 por ciento mayor de 45 años parado de larga duración; un 15,2 por ciento, mujer con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género; y un 12,6 por ciento en situación de grave riesgo de exclusión al haber agotado todas las prestaciones.

Un 54,9 por ciento de las personas en riesgo de exclusión integradas por la Fundación Adecco encontraron empleo en el sector servicios, siendo los puestos más habituales administrativo, teleoperador u operario de limpieza.

El nivel formativo predominante de estos trabajadores es el de estudios elementales (42 por ciento), es decir, personas con certificado de escolaridad, garantía social o ESO.

Asimismo, el tipo de contrato más habitual al que han accedido los trabajadores en riesgo de exclusión ha sido el temporal por acumulación de tareas (48,7 por ciento).

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, "los mayores de 45 años han sido uno de los grupos más afectados por la destrucción de empleo, llegando a representar más del 40 por ciento de los desempleados. Por pura estadística y con la reactivación de la economía, ahora empiezan a recuperar lo que habían perdido. Además, en un contexto de envejecimiento poblacional sin precedentes, las empresas empiezan a valorar más que nunca los valores que estos profesionales aportan: madurez, experiencia, templanza o control emocional".

Las personas con discapacidad, por su parte, también han experimentado crecimiento, pero algo inferior a la media, incrementándose los contratos a este colectivo en un 10,7 por ciento, aunque se trata de una cifra positiva, "teniendo en cuenta que estas personas sufrieron de manera directa y evidente los envites de la crisis".

Además, resalta que el año pasado "finalizó con el máximo histórico de contrataciones a personas con discapacidad, con un total de 13.854 en Andalucía", lo cual denota que estas personas "se están integrando positivamente en la recuperación económica, superando el nivel de contrataciones que registraban antes de la crisis".

"A raíz de la crisis económica, las empresas están entendiendo que la gestión de la diversidad no es una moda ni un adorno sólo al alcance de las cuentas más saneadas, sino un imperativo que determina la capacidad de la empresa para afrontar nuevos retos y ser más competitiva", ha añadido.

El perfil del trabajador en riesgo de exclusión

La Fundación Adecco integró en el mercado laboral a 5.161 personas en riesgo de exclusión social, cuyo perfil se centra, en su mayoría, en mujeres (67 por ciento), frente a un 33 por ciento de hombres. Según Mesonero, "las mujeres siguen enfrentándose a un mayor riesgo de exclusión, debido a tics sociales y culturales que aún están asentados en nuestra sociedad, y que se traducen en un temor de las empresas a las bajas por maternidad o a la conciliación".

En cuanto al grupo de edad, un 40 por ciento ha superado los 45 años. A pesar de que los demandantes de esta edad "están copando la mayor parte del trabajo creado, no hay que olvidar que siguen enfrentándose a importantes prejuicios y estereotipos relacionados con una no siempre real desactualización de competencias".

Por otra parte, el nivel formativo del trabajador en riesgo de exclusión es, en su mayoría de estudios elementales (42 por ciento), seguido de un 18 por ciento con estudios secundarios y un 34 por ciento de Formación Profesional de Grado Medio. Sólo un seis por ciento cuenta con estudios universitarios. En efecto, en nuestro mercado se cumple el precepto de "a mayor formación, menos paro". Por tanto, un nivel formativo básico aumenta las posibilidades de exclusión social.

En cuanto al grupo de atención al que pertenecían las personas que han encontrado empleo, destaca que más de la mitad (55,4 por ciento) tiene certificado de discapacidad, seguidos de un 16,9 por ciento mayor de 45 años parado de larga duración y un 15,2 por ciento que responde a un perfil de mujer con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género.

Por su parte, un 12,6 por ciento se encontraba en grave riesgo de exclusión por una situación económica precaria, al haber agotado todas las prestaciones. Según Mesonero, "la mayoría de las personas de este último grupo son derivadas por servicios sociales de base ante la ausencia de recursos o prestaciones. Se trata de personas que han pasado por todas las fases y se enfrentan al reto de empezar de cero".

área de actividad y tipo de contrato

En cuanto al área de actividad, los datos de la Fundación Adecco arrojan que el sector más habitual es el servicios (54,9 por ciento), siendo los puestos de administrativo, teleoperador y operario de limpieza los más habituales.

El sector hostelería ocupa el segundo lugar (20,6 por ciento), repitiéndose profesiones como ayudante de cocina o camarero de pisos. También el sector industrial ocupa un lugar destacado (11,5 por ciento), con puestos como peón u operario de fabricación o producción.

El tipo de contrato más habitual que han conseguido las personas en riesgo de exclusión es el temporal por acumulación de tareas, con un 48,7 por ciento. El contrato en prácticas ocupa el segundo lugar, con un 24,8 por ciento, seguido de la sustitución, con un cinco por ciento.

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