Cuando se avecina el desastre

  • Tarde o temprano, en nuestro negocio o profesión nos veremos en un aprieto.
  • Por eso debemos estar preparados para lo peor.

"Hombre prevenido vale por dos", dice el refrán. Esto es doblemente verdad para un profesional que subsiste con su trabajo diario.

Pero ¿y si los elementos externos lo dificultan? La Ley de Murphy ("Todo lo que puede empeorar, empeorará") no es sólo una broma.

Siempre atento a...

Fallos técnicos: Que un ordenador se estropee es inevitable.

Si nuestro negocio depende de él, precisaremos de varios equipos o, si no nos los podemos permitir, mantengamos la información necesaria en otro soporte.

Suministros: Hemos de estar preparados para poder almacenar materias primas y repuestos que podamos necesitar. Nuestros proveedores pueden tener problemas y no hacer sus entregas a tiempo.

Información: Tengamos siempre a mano la manera de contactar con otras personas que nos puedan ayudar, una lista de posibles sustitutos de los que echar mano en caso de apuro.

A veces la competencia puede sacarnos de más de un apuro serio.

Instrumentos: Los objetos se pierden y deterioran. Si nos dedicamos a una profesión mecánica o de montaje, tendremos que plantearnos tener dos juegos de herramientas, por si acaso.

Materiales peligrosos: Si en nuestro oficio empleamos productos químicos, asegurémonos de tener medicamentos para combatir posibles intoxicaciones, etc.

Necesitaremos también un botiquín bien provisto.

Daños materiales y catástrofes: Son raros, pero demoledores. Una tormenta, una fuga de agua, una pequeña inundación... pueden detener nuestra vida laboral si nuestra oficina o taller se encuentra en una planta baja.

Movilidad: Si nuestro trabajo requiere desplazamientos, debemos conocer a la perfección las rutas alternativas para no depender de los caprichos del tráfico.

Coordinación: Si trabajamos con más gente (empleados, compañeros), es conveniente estar de acuerdo (establecer pautas) para enfrentarse a un problema.

Temporadas altas: Si tenemos empleados, contemos con los meses en que las gripes causan más bajas. Planifiquemos nuestro trabajo en función de lo que realmente podamos hacer.

Preparados por anticipado

Cuando estalle la crisis, probablemente no tendremos mucho tiempo para reaccionar.

Por eso debemos hallar tiempo antes de que el problema surja. Hemos de contar con las eventualidades y tener un plan B para solucionarlas sobre la marcha, sin interrumpir nuestra actividad.

En algunas ocasiones precisaremos invertir dinero. En otras bastará con pensar de antemano.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento