Una instalación de gas segura, para prevenir accidentes y riesgos para la salud

  • Pequeñas fugas de gas o la mala combustión de la caldera pueden afectar gravemente la salud de los habitantes de la casa.
  • En los casos en los que se produce una mala combustión, la posible intoxicación se produciría por monóxido de carbono.
Un quemador de una cocina de gas.
Un quemador de una cocina de gas.
EFE
Un quemador de una cocina de gas.

Cada vez son más las viviendas que utilizan el gas para la calefacción y el agua caliente. Procura confort pero a cambio debemos mantener la instalación en perfecto estado y libre de fugas. Una instalación de gas correctamente mantenida es prácticamente imposible que tenga problemas.

Son extraordinariamente seguras porque las calderas –especialmente las estancas– están dotadas de múltiples sistemas de seguridad. Lo único que hace falta para evitar sustos es respetar unas normas básicas. La Asociación Española del Gas (Sedigas) recuerda que el titular de la instalación, o el usuario, es el responsable de su buen funcionamiento. Claro que también, como indica Vivienda Saludable, el uso del gas puede tener consecuencias a menor escala.

De todo ello se hace eco el blog de Fotocasa. Son muy pocas las ocasiones en las que se habla de los perjuicios de pequeñas fugas de gas o de la mala combustión de la caldera en una vivienda, que posiblemente nunca lleguen a desencadenar explosiones, pero que pueden afectar gravemente la salud de los habitantes de la casa. Ambos efectos no deseados pueden evitarse con una buena prevención y aplicando las herramientas adecuadas para su detección.

A nivel doméstico se usan hidrocarburos en forma de gas como el butano y el propano. El gas natural está compuesto de metano, propano, etano y otros hidrocarburos. En las viviendas, el escape de gas se produce generalmente desde sus lugares de almacenamiento o en las conducciones (bombonas, tuberías de gas, calderas…), provocando la intoxicación por el efecto asfixiante de estos gases.

En los casos en los que se produce una mala combustión, la posible intoxicación se produciría por monóxido de carbono. Las manifestaciones clínicas generadas por gases asfixiantes, como butano o propano, se producen de forma inmediata. Los órganos más dependientes de oxígeno, como el cerebro o el corazón, son los que se afectan más rápidamente, llegando a aparecer isquemia e infarto de miocardio, afecciones en el sistema respiratorio e incluso fallo multiorgánico. Con concentraciones de oxígeno atmosférico del 6-8% se produce rápidamente inconsciencia y muerte.

Mejor prevenir

Entre las acciones que se pueden llevar a cabo para una correcta prevención de fugas y mala combustión de equipos es obligatorio que la compañía distribuidora del gas efectúe una inspección cada cinco años, tal como marca la legislación estatal. No obstante, esta frecuencia puede ser más restrictiva en función de la comunidad autónoma. Además, cada persona que cuente con una caldera en su casa está obligada a hacer un mantenimiento anual.

Asimismo, es recomendable hacer regularmente una limpieza adecuada de la instalación, situar y mantener óptimos puntos de ventilación suficientes o, si se va a producir una ausencia prolongada de la vivienda, cerrar la llave general de paso del gas, entre otras acciones. La mejor manera de proteger la vivienda de posibles fugas de gas es consultar a una empresa especializada y autorizada.

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