Prisiones impide la entrada a dos voluntarias de una ONG por hacerse 'selfies' con reclusos

  • Un funcionario de la cárcel de Valdemoro descubrió en un cacheo cuatro móviles a dos reclusos, y en esos teléfonos las fotos
  • La ONG, Colectivo la Calle, asegura que no se ha puesto en duda su labor en el centro penitenciario, solo se trata de un error puntual.
  • El sindicato ACAIP se pregunta por qué las voluntarias no comunicaron que los presos tenían móviles, lo que está prohibido.
Imagen de una prisión.
Imagen de una prisión.
GTRES ONLINE
Imagen de una prisión.

El director del centro penitenciario de Valdemoro ha prohibido la entrada a la prisión a dos voluntarias de la ONG Colectivo La Calle, después de que funcionarios del centro encontraran cuatro móviles a dos internos que contenían 'selfies' con las voluntarias e incluso un vídeo en la que reclusos y activistas salían bailando juntos. Los cuatro móviles fueron descubiertos el domingo 25 de enero en la celda del módulo 8 que ocupan dos presos dominicanos, en un cacheo rutinario cuando todos los reclusos estaban desayunando. Los móviles están prohibidos en las prisiones. Al analizar el contenido, se descubrieron las fotos de las voluntarias de la ONG con los presos y el vídeo, realizados presuntamente durante las pasadas fechas navideñas.

La ONG, creada en 1987, realiza programas de reinserción laboral con presos desde hace varios años. La dirección de Valdemoro no ha prohibido que la ONG siga realizando su trabajo dentro del centro, solo ha ordenado que estas dos voluntarias no puedan acceder a la prisión. Los internos, por su parte, fueron castigados con varios días de aislamiento, señala el sindicato ACAIP, que ha denunciado que la ONG debería saber las normas de la prisión, entre ellas que los presos no pueden tener móvil. "Desde este sindicato nos seguimos preguntando por qué motivo las voluntarias no comunicaron tal incidencia a la dirección del centro y por qué la dirección sigue permitiendo la entrada de algunas de ellas".

Las voluntarias estaban dando clase de "habilidades sociales" a una docena de presos y aprovechando que en las aulas no hay cámaras de vigilancia, ni funcionarios que controlen esas clases, se hicieron las fotos. La dirección de Valdemoro ha abierto una investigación para averiguar de dónde sacaron los presos los teléfonos móviles. Fernando Saleta, coordinador de la ONG, confirma a 20minutos lo sucedido. "Los móviles no fueron introducidos por personal de la asociación. La prisión nos dejó bien claro que no dudaba de nuestra labor, solo se ha cometido un error puntual, porque efectivamente los presos no pueden tener móviles".

El 28 de enero de 2015, otro funcionario de la prisión encontró otros tres teléfonos móviles ocultos en el cuarto donde se guardan los útiles de limpieza del módulo 9. "Curiosamente el interno encargado de la limpieza de este módulo es de la misma nacionalidad que a los que se les intervino los cuatro teléfonos con los 'selfies'", señala ACAIP.  Tantos hallazgos desató las alertas, y la dirección del centro ordenó un cacheo generalizado en el módulo 9. Entonces, otro de los internos lanzo su teléfono móvil al patio ante el temor de que se lo encontraran en su celda.

Más de 300 pases externos

ACAIP resalta que hay más de 300 pases externos para personas que visitan periódicamente la prisión, entre personal de ONG y proveedores. "Se supone que la administración penitenciaria tiene que formar en temas de seguridad a todas las personas que por un motivo u otro son autorizados a entrar dentro de la prisión, dándole unas nociones básicas de cómo deben comportarse con los internos, así como pedir autorización de todo lo que les lleven".

Por otra parte, el sindicato critica que la dirección del centro es muy dada a autorizar la entrada de objetos que están prohibidos por la Secretaria General. "Llevarle a los internos un chicle [prohibido por temas de seguridad] o unas pipas [prohibido por temas de limpieza], puede ser el principio para que el voluntario o persona ajena a la institución termine introduciendo móviles o droga dentro de la prisión. Algunos internos son auténticos expertos en amenazas y coacciones, capaces de hacer ver a estas personas que les visitan que han cometido una ilegalidad por meterles un chicle o una crema de manos. Para comprar su silencio, los presos les obligan luego a que les metan droga o móviles".

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