El Centro del Carmen de Valencia inaugura la primera exposición retrospectiva homenaje al escultor catalán Josep María Subirachs, tras su fallecimiento el pasado año. La muestra, que reúne alrededor de un centenar de obras, reivindica todas las caras de este creador, más allá de su faceta escultórica y de la Pasión de la fachada de la Sagrada Familia.

La exposición ha sido presentada en rueda de prensa por el director-gerente del Consorcio de Museos, Felipe Garín, acompañado por la hija del artista y comisaria de la muestra, Judith Subirachs.

Las piezas que recopila esta selección pertenecen a la colección Francisco Castellví y es la más completa que se ha realizado sobre el autor porque reúne todas sus facetas y sus etapas artísticas. La exposición abarca desde sus inicios, en los años 50, donde se observa la influencia de sus maestros novecentistas, hasta su última etapa caracterizada por una abstracción metafísica.

Subirachs, autor entre otras grandes obras, del grupo escultórico de la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia de Barcelona, está considerado como uno de los renovadores de la escultura española del siglo XX. No obstante, su producción abarcó muchas más facetas ya que abogó por emplear el arte como medio de comunicación y por romper las barreras entre los géneros, ha explicado su hija y comisaria.

La muestra, que lleva el título de 'De principio a fin', podrá verse en el Centro del Carmen hasta el próximo 26 de abril y permitirá a los visitantes aproximarse a la obra de un autor internacional cuya impronta se encuentra repartida en un gran número de obras a lo largo de toda España y fuera de ella, vinculadas a la arquitectura y al urbanismo por su carácter monumental.

La exposición resulta especialmente oportuna porque son muchas las personas que actualmente sólo identifican al escultor catalán como el autor de los grupos escultóricos de la fachada de la Pasión del templo barcelonés de la Sagrada Familia. La magnitud del encargo ha eclipsado, en parte, el resto de la producción de Subirachs, diluyendo la incidencia de sus innovadoras aportaciones a la historia del arte de la segunda mitad del siglo XX.

Asimismo, la muestra permite aproximarse a las diferentes técnicas cultivadas por el autor y descubrir al artista polifacético que fue. Además de un gran número de esculturas la exposición permite ver una amplia selección de pinturas al óleo, acrílico, tapices, dibujo y obra gráfica además de plaquetas y medallas e incluso un libro de bibliófilo que elaboró junto a Camilo José Cela.

Etapa expresionista

Judit Subirachs ha explicado que "la etapa expresionista de los años 50 y la abstracta de los años 60 están bien representadas, pero la etapa más presente en esta exposición es la que se conoce como nueva figuración, que se inicia en los años 70, cuando Subirachs consolida su particular alfabeto simbólico. El juego del dualismo que le caracteriza, el contraste de conceptos que se oponen o complementan: el figurativo-abstracto, forma-símbolo, positivo-negativo, innovación-repetición, pintura-escultura, hombre-mujer, espacio-tiempo, vida-muerte".

El legado artístico de Subirachs supera las 4.000 obras, especialmente si se tienen en cuenta que algunas de las más significativas fueron concebidas vinculadas a la arquitectura y al urbanismo. El arte de Subirachs está en la calle, en fachadas e interiores de edificios civiles y religiosos, en tiendas, en jardines. La selección de obras de colección, creadas al margen de las dependencias que suponen las obras de encargo, muestra otra dimensión de este artista polifacético que ha dejado su huella fuertemente marcada en el espacio colectivo.

El recorrido se inicia con esculturas que muestran aún la influencia de sus antecesores novecentistas. Siguen diversas obras representativas de la etapa expresionista, cuando ya puede afirmarse que el artista ha configurado un estilo propio que desembocará en una abstracción muy personal.

Nueva figuración

La exposición también incluye numerosas piezas que se inscriben en la llamada nueva figuración, etapa muy cargada de elementos simbólicos y en la cual Subirachs consolida el análisis de las dualidades y de las oposiciones.

De los últimos años hay una serie de obras de carácter metafísico, a menudo con referencias arquitectónicas que otorgan una gran capacidad expresiva al vínculo que se establece entre los elementos tridimensionales y los componentes alegóricos.