En ese momento, supuestamente, los vigilantes lo sacaron a la calle y le propinaron un par de golpes en la cabeza, uno de ellos en el ojo. Cayó al suelo y, como recoge la denuncia que ha puesto Herminio contra los vigilantes del local, «el vigilante que lo golpeó dijo: ‘Lo he matado, lo he matado’». Pasados unos minutos, acudió la Policía y una ambulancia, y lo trasladaron al hospital la Fe.
En el centro sanitario le realizaron unas pruebas y permaneció ingresado una semana, puesto que los golpes le ocasionaron un traumatismo en la cabeza.
Ahora, Herminio está cansado y le han quedado secuelas, pero no tiene miedo: «Aún no me puedo explicar que en un lugar de ambiente gay se puedan producir estos altercados. Somos los primeros que pedimos respeto y tolerancia». El dueño del garito comentó a 20 minutos que se trató de un «suceso aislado».
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