Negociar a contrarreloj el último tramo del rescate, la urgencia del próximo gobierno griego

  • El próximo domingo se celebran las elecciones generales en Grecia, con Syriza como principal favorito, seguido por los conservadores de Nueva Democracia.
  • La negociación con la troika, que tenía previsto finiquitarse en enero para obtener el último tramo del rescate, quedó en suspenso al adelantarse las elecciones.
  • Además, en marzo Grecia deberá afrontar pagos de 5.000 millones en vencimientos de créditos y bonos.
  • Esto obligará también al partido vencedor a buscar soluciones urgentes a los problemas de liquidez a partir de marzo.
  • En caso de que Syriza o Nueva Democracia no logren una mayoría clara, la llave del próximo Gobierno estará en el partido que consiga ser tercera fuerza.
  • Alexis Tsipras (Syriza) apoya una conferencia europea sobre la reducción de la deuda.
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, y el líder de Nueva Democracia, Andonis Samaras.
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, y el líder de Nueva Democracia, Andonis Samaras.
GTRES
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, y el líder de Nueva Democracia, Andonis Samaras.

El partido que resulte ganador en Grecia de las elecciones generales anticipadas que se celebran el próximo domingo tiene dos retos para llevar a cabo con la mayor urgencia posible: retomar las negociaciones con los acreedores y buscar soluciones a los problemas de liquidez que pueden darse a partir de marzo, cuando finaliza la prórroga del segundo rescate.

El adelanto de estas elecciones dejó en suspenso toda la negociación, que solo será retomada con el nuevo Gobierno, supuestamente en los mismos términos. Según las últimas encuestas publicadas, todo apunta a que en este nuevo Gobierno estará Syriza. El último sondeo, publicado este domingo por el diario griego Avgi, otorga al partido de Alexis Tsipras el 35,5% de los votos, con una diferencia de cinco puntos sobre los conservadores de Nueva Democracia, con el 30,5%.

Tsipras ya ha pedido abiertamente este fin de semana la mayoría absoluta para "no tener" las "manos atadas" durante las "difíciles" negociaciones con la troika. El líder izquierdista justifica la necesidad de una mayoría para plantear a los acreedores sus promesas electorales como la reestructuración de la deuda y la renegociación del rescate.

El conservador Samaras, por su parte, asegura que si gana invitará a todas las fuerzas "eurófilas" a participar en el nuevo Gobierno y concluirá las negociaciones con los acreedores hasta finales de febrero. "Colaboraré con todas las fuerzas políticas proeuropeas, con Syriza en ningún caso (...). El país necesita un Gobierno fuerte y precisamente porque soy patriota no colaboraré con Syriza", aseguró este domingo Samaras en una entrevista con la televisión local Skai.

Negociaciones ante la prórroga del rescate

El calendario acordado a principios de diciembre entre Atenas y Bruselas para una prórroga del rescate hasta finales de febrero se vino al traste con el adelanto electoral.

Dicha prórroga debía servir para cerrar hasta esa fecha las asignaturas pendientes del programa de ajuste, como la liberalización completa de los despidos en el sector privado, la eliminación de la protección contra los desahucios de las viviendas de primera residencia y el cierre de un déficit de financiación en los presupuestos de 2015 de unos 2.000 millones de euros.

El cumplimiento de estas medidas, pactadas con la troika de acreedores (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), era requisito obligatorio para poder obtener el último tramo de la parte europea del rescate (1.800 millones de euros), que el Gobierno del conservador Andonis Samaras quería finiquitar ya en enero.

A partir de marzo estaba prevista la concesión de una línea de crédito preventiva del Mecanismo Europeo de Estabilidad para garantizar que Grecia pueda financiarse por sí sola en buenas condiciones. Se hubiera tratado de un "minirrescate".

Ahora, los socios de la eurozona se preparan para una posible victoria del partido izquierdista Syriza, y según destacan medios locales e internacionales, se estudia la posibilidad de conceder a Grecia una nueva prórroga de hasta seis meses para dar tiempo a la negociación.

Problemas de liquidez

Sin embargo, el tiempo apremia por problemas inmediatos. En marzo Grecia deberá afrontar pagos de 5.000 millones de euros en vencimientos de créditos y bonos y hasta entones no podrá contar con la inyección del rescate. La propuesta de Syriza de resolver el problema, aun sin el beneplácito de los socios europeos, mediante la emisión de letras del Tesoro a corto plazo ha caído en saco roto.

El ministro de Finanzas en funciones, Gikas Jarduvelis, recordó que solo los bancos griegos compran letras del Tesoro y que estos no tienen suficiente liquidez para hacerlo sin recurrir al mecanismo de asistencia a la liquidez (ELA, por sus siglas en inglés) del Banco Central Europeo. Con ello Jarduvelis dejó claro que nada es posible sin el acuerdo con el BCE, es decir, con los socios europeos.

La convocatoria de elecciones ha generado una fuerte inseguridad en todo el sistema financiero del país; el temor a una posible inestabilidad política ha vuelto a disparar el bono a diez años en el mercado secundario, con cotas que han llegado a alcanzar el 10%, y los cuatro bancos sistémicos han solicitado ya, o tienen previsto hacerlo en breve, fondos del ELA, "a modo preventivo", como destacan.

En diciembre, la salida de depósitos de los bancos rondó los 3.000 millones de euros  y en enero la tendencia ha continuado. Por ahora, el Banco de Grecia no ve motivos de alarma y asegura que la situación está "plenamente bajo control".

Tsipras y Samaras: mismo objetivo, distintas medidas

A medio plazo, los dos principales rivales, Andonis Samaras y el izquierdista Alexis Tsipras, coinciden en que la receta para solucionar la crisis es mejorar la situación económica.

Tras seis años de crisis, los principales indicadores no son precisamente halagüeños: la deuda ha alcanzado en torno al 175% del Producto Interior Bruto (PIB), el déficit presupuestario del Gobierno central se situó en 3.640 millones de euros (5.440 millones en 2013), la inflación acumulada en diciembre era del -2,6% y el paro estaba en diciembre en el 26%

Pese a todo, los indicadores son ligeramente mejores que un año antes, y, por primera vez en seis años, la economía creció en términos reales en un 0,7% en el tercer trimestre en comparación con el segundo y un 1,6% en la comparación interanual.

Las recetas para impulsar la economía son diametralmente opuestas: Samaras promete mantener el rigor presupuestario, pero al mismo tiempo rebajas de los impuestos empresariales y del IRPF, mientras que Tsipras anuncia la restauración del salario mínimo a los niveles anteriores a la crisis, la subida de las pensiones mínimas y un programa de incentivo de las inversiones, así como una negociación para una quita de parte de la deuda en manos públicas.

La tercera fuerza más votada tendrá la llave

En caso de que Syriza o Nueva Democracia no logren una mayoría clara, la llave del próximo Gobierno estará en el partido que consiga ser tercera fuerza. Ese puesto continúa siendo la gran incógnita, ya que las encuestas mantienen la lucha entre cuatro partidos: el centrista To Potami (El Río), los comunistas del KKE, los neonazis de Amanecer Dorado y los socialdemócratas de Pasok.

La encuesta de este domingo está si cabe más igualada: To Potami y al KKE empatan con el 7%, seguidos muy de cerca por Amanecer Dorado con el 6,5% y dos puntos por encima de Pasok (5%). Según los datos del domingo de la semana pasada, To Potami sería la tercera fuerza con el 7%, seguido de Pasok y Amanecer Dorado, ambos con el 5,5%, y KKE con el 5%.

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