Las demoras en la salida de trenes en el horario central en una de las principales estaciones de Argentina generaron el martes una violenta protesta de pasajeros, que quemaron taquillas y destrozaron gran parte de la recientemente remodelada terminal.

Los pasajeros, disgustados con la tardanza en la salida de los trenes, comenzaron a arrojar piedras a las taquillas para luego quemarlas y destrozar gran parte de la terminal, incluyendo teléfonos públicos, puestos de comida, de diarios y revistas así como máquinas expendedoras de billetes.

Tras unas dos horas de caos e incidentes, en las que la policía detuvo a 16 personas y otras 21 resultaron heridas, la situación se había calmado y los servicios se habían reanudado.

"Afortunadamente, la gente ya está viajando a sus casas, y el servicio está resuelto", dijo Fernando Jantus, portavoz de la compañía Metropolitano, concesionaria del servicio.

El origen de las protestas

Jantus aseguró que las protestas se iniciaron cuando apenas transcurrían 15 minutos de demora en la salida de los trenes, por lo que consideró desproporcionada la reacción.

"Nunca vi este tipo de destrozos. Esto no es algo casual, un pasajero no viene con ladrillos en el bolso o con adoquines", dijo Jantus en declaraciones a la televisión, deslizando sospechas sobre otras motivaciones que no detalló.

El servicio público de salud de la ciudad de Buenos Aires dijo que habían atendido a 21 personas por heridas, entre ellas 12 policías.

Los pasajeros dijeron que cotidianamente sufren demoras en los trenes y criticaron el servicio de la compañía.