Los dueños de mascotas lo tienen muy complicado para moverse en transporte público en Madrid.
Tanto el reglamento de viajeros de los autobuses (EMT e interurbanos) como el del metro son tajantes: se prohíbe expresamente la subida de mascotas. Quedan fuera de este veto los perros lazarillo de cualquier raza y tamaño, y las mascotas pequeñas que vayan en sus respectivas jaulas.
Es decir, un pastor alemán no podría subir ni en un autobús ni en el metro salvo que fuera el guía de un invidente. Por contra, un yorkshire terrier o un gato podrían montarse siempre que su dueño los lleve en un receptáculo adecuado y no molesten con malos olores ni ruidos.
En el taxi, el conductor está obligado a llevar a un animal que esté en una jaula. Juan Sánchez, ex miembro de la Federación Profesional del Taxi, asegura que "no tiene coste adicional, pero no es habitual, pues la mayoría de los dueños tienen coche".
A años luz de Europa
"En Madrid sólo es posible moverse con un animal a pie", lamenta Nacho Paunero, de la asociación en defensa de los animales El Refugio.
"Estamos aún a años luz de otras capitales europeas, donde la movilidad con mascotas es una realidad", explica Paunero.
Por eso hace un llamamiento para "promover la convivencia entre personas y animales en el transporte".
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios