Más de 20.000 espectadores, 500 medios acreditados y hasta 6.000 euros pagados por un balcón con vistas al concierto. Son sólo algunas cifras, aunque suficientes para hacerse una idea de la expectación despertada por el regreso de Isabel Pantoja a los escenarios tras su detención por el caso Malaya el pasado 2 de mayo.Fue el sábado, en Valladolid, y aunque se había contratado para la ocasión un equipo de seguridad con el doble de efectivos que el habitual en otros conciertos, el espectáculo transcurrió tranquilo y sin incidentes. Eso sí, se impidió en todo momento a los periodistas acercarse a la artista.
La tonadillera, que no pidió para su camerino más que café, agua y bocadillos fríos, interpretó temas de su último disco, Diez boleros y una canción de amor, y repasó éxitos de siempre, como Francisco Alegre, con el que inició el concierto y que dedicó a su hijo.
Y mañana, en Madrid
Isabel Pantoja no ha cancelado de momento ninguna de las actuaciones que tenía previstas antes de su detención y posterior puesta en libertad. Mañana actuará dentro de la programación de las Fiestas de San Isidro en Madrid y el próximo 9 de junio estará en Sevilla.
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