La Policía Municipal desplegó este fin de semana un nuevo y contundente dispositivo policial en la plaza del Dos de Mayo y sus alrededores.
El objetivo era evitar que se repitiera el macrobotellón que en las madrugadas del martes 1 de mayo y del miércoles 2 de mayo generó una batalla campal entre jóvenes y agentes, que se saldó con 87 heridos y 18 detenidos. Del total de víctimas, 31 eran policías, uno de ellos grave.
La Policía temía que este fin de semana pudieran reeditarse los disturbios por ser el prólogo de la festividad de San Isidro, patrón de la capital, que se celebra el martes.
Accesos controlados a la plaza.
En la plaza se desplegaron decenas de agentes de Policía Municipal, que controlaban los accesos y estaban atentos a los movimientos que se produzcan en el barrio. Los policías estaban apostados en grupos numerosos en cada esquina para controlar el acceso a la zona.
En cada uno de los cruces de calles de los alrededores había al menos tres agentes. Además, contaron con refuerzos de grupos antidisturbios de la Policía Nacional, que esperaban su turno para intervenir si era necesario.
El dispositivo fue aún mayor que el que el fin de semana anterior disuadió a los practicantes del botellón de acercarse por la zona.
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