La crisis de los 40 también engancha a Esther, la reina de los tebeos de Purita Campos

  • Hace 40 años se publicaba en España la primera historieta de la exitosa 'Esther': las tiradas superaban los 400.000 ejemplares.
  • Vuelve el tebeo que desde 1974 hasta 1988 salió quincenalmente en forma de novela firmada por el guionista Carlos Portela y Purita Campos.
  • El cómic, creado para una editorial inglesa en 1971, fue también editado en Holanda, Grecia, Canadá, Australia y Sudáfrica.
Ilustración de la novela 'Esther cumple 40'
Ilustración de la novela 'Esther cumple 40'
PURITA CAMPOS
Ilustración de la novela 'Esther cumple 40'

Durante 20 años las chicas (y muchos chicos a escondidas) han leído los tebeos de Esther y su mundo, aquella adolescente cuya mejor amiga, Rita, tenía el arrojo y la manera de ser que la protagonista hubiera querido para sí.

Clases, salidas, amores y desamores, amistad, decepción, y toda la revolución de la adolescencia han sido motivo de lectura de unas cuantas generaciones. No son pocas las que han crecido leyendo los tebeos que la española Purita Campos (Barcelona, 1937) escribió durante casi veinte años.

Tras un silencio, desde que cerró Bruguera en 1988, interrumpido en 2006 con una nueva entrega firmada por Carlos Portela y publicada por Glenat (editorial que sigue reeditando el tebeo), Purita Campos junto al guionista recupera a Esther para cumplir los 40 ( la primera vez que se publicó en España fue en 1974).

Para la ocasión la dibujante ha optado por otro formato: la novela, firmada por el guionista  de cómics y televisión Carlos Portela (1967), fervoroso seguidor de los tebeos de Esther.

Los personajes de Esther cumple 40 (Espasa) son los mismos y siguen la evolución lógica, pero ya no son adolescentes, la barrera les llega: cumplen 40. Esther es madre y está separada; Rita sigue, alocada y dueña de una peluquería, de flor en flor; Juanito no ha dejado de ser el guaperas ante el que Esther cae siempre rendida;  Doreen no ha podido superar su envidia y maldad; y Carol, la hermana de Esther, continúa en su papel de eterna insatisfecha.

"Conocí a Carlos Portela en un Salón del Cómic y nos entendimos muy bien, le emocionó este proyecto de Esther", dice Purita Campos a 20 Minutos, que no parece muy consciente del alcance de su logro y es que pocos son (acaso los más jóvenes) los que no conocen los tebeos de Esther.

¿De verdad no es consciente la ilustradora de lo que supuso Esther en aquella España aún franquista y después en la de la Transición? "Trabajaba tanto que no me daba ni tiempo... Pero luego he sabido que hasta la reina Letizia me leía".

Avanzada Purita Campos que se convirtió en número 1 en la España de los 70 y los 80 con una chica bastante moderna para la época. "Es que era una editorial inglesa, si hubiera sido en España, no sé, era una época muy machista... Una editorial inglesa pidió diversos bocetos para una historia, y yo, que había ido a Bruguera para trabajar porque necesitaba dinero, pues presenté algunos y me eligieron, y eso que había dibujantes muy importantes. No me lo creía. Tenía sólo 20 años".

Era el año 1971 cuando la ilustradora creaba a Patty, con guion del inglés Philip Douglas. La primera historieta de Patty's World se publicó en la revista británica Princess Tina. El éxito fue inmediato y rotundo: la tirada quincenal en España desde 1974 hasta 1988 superaba los 400.000 ejemplares.

Y hay más: fue traducido a cuatro idiomas y también publicado en Holanda, Grecia, Canadá, Australia y Sudáfrica.

"Quería ser diseñadora de moda, y me quedé con Esther 20 años"

El destino o la suerte le cambiaron a Purita el futuro: el sueño de aquella joven era ser diseñadora de moda. "Y, fíjate, fui a Bruguera a trabajar unos meses, y me quedé 20 años". El tiempo que duró Esther, que había nacido como Patty pero que cuando se compró en España el editor decidió que no podía llevar ese nombre. "Él le puso Esther. Con el tiempo muchas mujeres me han contado que pusieran a sus hijas Esther por el tebeo".

La editorial Bruguera decidió incorporar las historietas de Purita en su revista Lily en 1974 con el nombre de Esther. Aquello marcaba un cambio: Esther y su mundo era la historia de unos jóvenes bastante modernos para esa España gris de los setenta. Y cuajó: tal fue el alcance del personaje que desde 1981 Esther tuvo ya su propia revista; dejaba así de ser parte así otra publicación.

Le gusta recalcar a Purita que no era sólo para niñas, que reflejaba aventuras y desventuras de una edad, la adolescencia, y recuerda cómo Ángeles González-Sinde le contó que muchos chicos leían Esther escondidos en el baño: "No era de niñas ni la historia de siempre de hadas o princesas. Lo que pasaba era a todos no sólo a las chicas, a la hermana, a los padres..."

El acierto fue tal que ni antes ni después ha habido algo comparable a aquel tebeo en el universo femenino del tebeo para niñas. "Y eso que lo mío era la moda, pero como necesitaba dinero, pues fui a Bruguera. Lo de Esther en principio iba a sacarse sólo un año". ¿Y por qué dejó después de tantos años Purita a Esther? "Me dejó ella a mí, no yo. Como había hecho Bellas Artes puse una escuela muy grande".

Y volvió a la moda: "Tuve una boutique y estuve haciendo diseños de moda hasta para El Corte Inglés. Era lo que había bebido desde niña: mi madre era modista. Esther tenía moda en la ropa que llevaba y muchas niñas se hacían modelitos como los que sacaba ella".

¿Qué tenía de Purita Esther? Porque tantos años juntas de manera tan constante no parece fácil desligarse. "La manera de ser de Esther era mía: tímida, ahora ya no, pero entonces era muy tímida. La amiga de Esther, Rita, era como me hubiera gustado ser, porque a ella todo le parecía bien. Y en Doreen puse la envidia, algo que sigue en la novela, y que no se quita con los años".

Reconoce Purita que Esther le daba a su vez un punto catártico, una vía de escape. Y para la novela ha seguido nutriéndose de su propia vida: "Mis 40 años también están en Esther. El fondo es siempre el mismo, en esencia no cambiamos, sí en lo demás, pero la esencia permanece".

Recuerda la ilustradora su incesante trabajo durante los 20 años que Esther estuvo saliendo. "Casi no tenía tiempo de darme cuenta de lo que suponía. Cada semana entregaba tres páginas, portadas...". Dice que seguramente lo volvería a hacer, pero a su vez abre otra puerta: "O quizá me habría dedicado a la pintura".

¿Y ese punto de inconformismo que mantiene la novela?, ¿era usted tan adelantada como parece? "Yo no estaba conforme con el mundo en el que vivía. Me llegaron a decir como si fuera un halago: Qué bien lo haces para ser una mujer. Eso lo he vivido yo. Si lo hacía un hombre, todo parecía mejor. En Inglaterra eran más avanzados, ésa fue mi suerte".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento