La juez cita este martes al tercero de los médicos imputados por la muerte del indigente polaco

La juez de Instrucción número 5 de Sevilla ha citado a declarar como imputado este martes al tercero de los médicos que atendieron a Piotr Piskozub, el joven polaco que falleció el día 2 de octubre de 2013 en el centro de acogida municipal después de haber sido dado de alta en el referido centro hospitalario.

La juez de Instrucción número 5 de Sevilla ha citado a declarar como imputado este martes al tercero de los médicos que atendieron a Piotr Piskozub, el joven polaco que falleció el día 2 de octubre de 2013 en el centro de acogida municipal después de haber sido dado de alta en el referido centro hospitalario.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, después de que el pasado mes de noviembre tomara declaración a las otras dos facultativas imputadas, la juez instructora ha citado este martes a otro de los médicos imputados, en concreto a un facultativo interno residente de segundo año en medicina interna.

Las dos médicas adjuntas que declararon en noviembre aseguraron que no participaron en el tratamiento ni en el diagnóstico realizado al joven polaco, así como que tampoco le practicaron ninguna prueba ni intervinieron en su exploración.

Las facultativas declararon que Piotr "se quería ir" del centro hospitalario y explicaron que su única intervención consistió en apoyar al médico residente que declara este martes, quien les preguntó cómo se derivaba a esta persona a los servicios sociales, por lo que intervinieron en el "diagnóstico social".

El pasado mes de noviembre también declaró ante la juez, aunque en calidad de testigo, el coordinador de la Unidad de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, quien ratificó el informe que elevó en su día al Juzgado.

En este informe, consultado por Europa Press, el coordinador de Urgencias concluye que el caso del polaco era "un problema de ámbito social y que lo más acertado en ese momento era, siguiendo el protocolo establecido, ponerse en contacto" con la Unidad Municipal de Emergencias Sociales y Exclusión Social.

El coordinador de Urgencias, además de ratificar el informe, subrayó que la atención dispensada al joven polaco "fue exquisita" por parte de todos los profesionales que lo atendieron, añadiendo que se siguió el protocolo en todo momento y que "se hizo todo lo que se tenía que hacer". También dijo que tuvo conocimiento de todas las pruebas a las que el fallecido fue sometido porque se lo dijo el médico que directamente se las practicó.

La imputación de los tres médicos del Virgen del Rocío se produjo después de que los forenses concluyeran en un informe elevado al Juzgado que Piotr, que medía 1,85 centímetros y pesaba 45 kilogramos, no recibió en el centro hospitalario el tratamiento adecuado a la "desnutrición severa" y a la "delgadez extrema" que presentaba.

El informe forense argumenta que lo "preceptivo" era la hospitalización de la víctima para "tratar de manera específica la malnutrición, corregir las carencias, suprimir las anomalías metabólicas e iniciar la alimentación", y, en segundo lugar, para "realizar las pruebas complementarias pertinentes para diagnosticar las posibles situaciones que puedan originar una malnutrición secundaria, ya que es esta la más frecuente en los adultos".

El informe del hospital

En su día, el Hospital, a través del coordinador de Urgencias citado ahora como testigo, emitió un informe en el que relató que el joven polaco ingresó a las 00,29 horas y "fue inmediatamente valorado" en la Sala de Triaje por el profesional de enfermería asignado, quien, como es habitual, lo interrogó sobre el motivo de su consulta y las molestias que tuviera.

No obstante, y según el centro hospitalario, el facultativo "no obtuvo ninguna demanda asistencial, sino quejas vagas respecto del abandono sufrido por su grupo de amigos", de manera que "en esas condiciones" el profesional "identificó el motivo de consulta como probable problemática social", asignando al paciente a una consulta donde se encontraba de guardia el facultativo interno residente de segundo año en medicina interna.

Este exploró al joven polaco, que "se encontraba consciente y orientado en espacio, tiempo y lugar" y que indicó al facultativo "su nombre, procedencia y que vivía en la calle, que no ingería alimentos y que bebía alcohol", pero "no expresó sintomatología alguna que orientara a problema orgánico", pues "lo único que refería es que deseaba comer y dormir bajo techo".

A ello se suma que "presentaba aceptable estado general, estaba consciente, orientado y colaborador, sin fiebre", mientras que sólo presentaba una herida superficial en la rodilla izquierda, aunque dijo que ésta "no le suponía problema y que no experimentaba dolor".

Sólo una herida en la rodilla

"En esas condiciones, dado que el paciente no tenía queja somática alguna, ni presentaba signos de proceso en curso que requiriera atención urgente, y estando plenamente convencido que su problema fundamental era social", el facultativo consultó con dos médicos adjuntos del servicio de Urgencias "para solicitar asesoramiento sobre los recursos sociales a ofertar a esta persona y el manejo de la herida apreciada en su rodilla izquierda, a pesar de que no se quejaba de ella".

Los médicos adjuntos "tuvieron oportunidad de hablar" con el joven "y conocer de sus manifestaciones en el sentido de no requerir atención médica", y de hecho "al tratar de inspeccionar la herida de la rodilla", el paciente "se enfadó insistiendo en que no tenía problemas con esa lesión y que sólo requería alimentos y cobijo".

En relación a su estado físico, todos los profesionales sanitarios que intervinieron "manifiestan que estaba delgado, pero no caquéctico, con peso apreciable superior a los 30 kilos", por lo que "se concluyó que se trataba de un problema de ámbito social y que lo más acertado en ese momento era, siguiendo el protocolo establecido, ponerse en contacto" con la Unidad Municipal de Emergencias Sociales y Exclusión Social (Umies).

El alta

Posteriormente, el joven polaco se trasladó a la sala de espera y, más tarde, fue trasladado por personal de Umies al centro de atención municipal, pues "no precisaba de transporte sanitario, ya que deambulaba sin dificultad", siendo dado de alta a las 2,06 horas del 2 de octubre.

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