La Fundación Cauce, desbordada por la demanda, pide ropa de abrigo para las familias asturianas

Díaz Bermejo: "Me cabrea cuando veo que CCOO y UGT reciben más dinero que las ONGs por hacer las mismas actividades formativas"
Una voluntaria, ordenando ropa donada en la Fundación Cauce
Una voluntaria, ordenando ropa donada en la Fundación Cauce
EUROPA PRESS
Una voluntaria, ordenando ropa donada en la Fundación Cauce

La Fundación Cauce, una entidad sin ánimo de lucro, ha llamado a la colaboración con su actividad ante la creciente demanda de familias asturianas que acuden a pedir ropa de abrigo y alimentos con motivo del empeoramiento de las condiciones socioeconómicas causado por la crisis.

Un total de 48 voluntarios trabajan desde la Fundación Cauce para ayudar a las 2.512 personas que acuden, en lo que va de año, a la ONG, nacida con la intención de ayudar a los inmigrantes a legalizar su situación en España. Ahora se ha tenido que reinventar para atender a las demandas de los autóctonos.

Actualmente, según ha explicado a Europa Press el coordinador de la entidad sin ánimo de lucro, Guillermo Díaz Bermejo, se han visto obligados a "pegar un giro" en las actividades por el cambio en el perfil de las personas que van en busca de ayuda. "Lo que antes eran actividades orientadas a la integración de los inmigrantes, se transformó en dar comida y ropa a la gente de aquí que acude a nosotros", ha explicado.

La asociación, ubicada en las inmediaciones del Seminario Metropolitano de Oviedo, recibe actualmente un elevado número de peticiones de ropa de abrigo para afrontar el invierno, demandas a las que no en todos los casos pueden hacer frente. "El problema está en que en invierno la gente dona la ropa del verano, nos falta ropa que dar", indica Díaz Bermejo. Igualmente, lo que más falta hace es "muchísima ropa" para niños de entre tres y siete años.

El número de personas que acuden a pedir alimentos también se ha visto incrementado durante los últimos años. Tanto es así que desde la asociación se han visto obligados a hacer una selección entre las personas a las que dar alimentos. "Elegimos a las familias según si están los dos padres en el paro, sin ingresos, y según el número de hijos menores de edad que tengan", ha explicado el coordinador de Cauce.

De este modo, Cauce proporciona alimentos de manera regular, dos veces al mes, a un total de 24 familias asturianas, con la colaboración del Banco de Alimentos de Asturias y la Fundación Alimerka. Esta no es una lista cerrada, sino que el número de personas a las que se ayuda varía en función de los recursos y la situación de cada familia. Por ejemplo, Díaz Bermejo ha incidido en que hay otros colectivos a los que abastecen de alimentos, como los recién nacidos, para los que tratan de buscar leches específicas.

Apoyo a menores de "hogares desestructurados"

Aunque estas dos líneas son las principales en las que se ha centrado la actividad de la organización durante este último tiempo, Cauce cuenta con un programa específico de apoyo a los menores procedentes de hogares con dificultades.

Mediante clases de refuerzo, la organización brinda a los menores que viven en "hogares desestructurados" la oportunidad de acudir a un lugar en el que "se les ayude con las tareas del colegio y se les dé cariño".

En total, 18 niños de todas las etapas educativas acuden durante la semana al centro de la asociación en Oviedo. Por otro lado, otros 32 niños acuden a las mismas clases de refuerzo, en esta ocasión impartidas en el IES Aramo gracias a un convenio suscrito con el centro educativo. En ambos escenarios los voluntarios docentes son los encargados de orientar a los menores que no reciben este tipo de ayuda en sus casas y que "en muchas ocasiones" presencian violencia de género.

Según ha explicado Díaz Bermejo, "en estas familias, que se ven de repente en el paro, los maridos, y a veces también las mujeres, comienzan a emborracharse, creando un hogar desestructurado en el que el menor no recibe las atenciones necesarias". "Esos niños necesitan más que refuerzo cariño", ha subrayado.

A las mujeres víctimas de esta violencia también se las intenta ayudar, dándoles apoyo psicológico y tratando de convencerlas para que denuncien a sus agresores, algo que en "muy pocas" ocasiones consiguen. "De los casos que he llevado yo personalmente, solo en una ocasión conseguí que una mujer me acompañara a la comisaría", ha lamentado Díaz Bermejo.

Escasez en las ayudas públicas

Por otra parte, el coordinador de la ONG ha incidido en la escasez de medios que tienen. "Recibimos 600 euros anuales del Ayuntamiento y 3.000 del Principado", ha explicado.

Se trata, en su opinión, de unas cantidades "escasas" que contrastan con las que reciben otras entidades como los sindicatos. "Me cabrea enormemente cuando veo que se hacen concursos para adjudicar proyectos formativos y otorgan a CCOO 18.000 euros o a UGT 26.000 para hacer, en teoría, lo mismo que hacemos nosotros", ha criticado.

Así, ha asegurado que los sindicatos reciben mayores cuantías que las pequeñas entidades sin ánimo de lucro para después "no hacer los cursos". "Nosotros estamos haciéndolo, ellos no lo hacen pero cobran", ha lamentado.

"No contamos con nada, vivimos de las donaciones privadas y de algunas empresas y bancos que donan ocasionalmente", ha explicado.

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