Techos que se derrumban, comedores que huelen, rejillas hundidas, patios de tierra: las reformas de colegios de Infantil y Primaria son una necesidad habitual en la Comunidad de Madrid, según denuncian colectivos de padres de alumnos (como la FAPA Giner de los Ríos) y asociaciones de vecinos de la región (agrupadas en la Fravm). 

Las reformas estructurales en los 792 CEIPs y 23 CPEEs de la Comunidad corresponden al Gobierno autonómico, mientras que los ayuntamientos -propietarios de los inmuebles- son responsables de su mantenimiento y vigilancia.

Pese a las necesidades de reforma, el Gobierno autonómico apenas ha aumentado el gasto para rehabilitaciones de infraestructuras educativas: para 2015 se han presupuestado 85,56 millones de euros, solo dos millones más que en 2014 (cuando se han destinado 83,6 millones). Además, este gasto es notablemente inferior que el dedicado en 2012, cuando se presupuestaron 152,75 millones (un 44% menos en tres años). Solo en la capital, el 70% de los 249 colegios públicos (239 colegios de Infantil y Primaria y 10 CPEE –Centro Públicos de Educación Especial-) tienen más de 30 años de antigüedad.

El envejecimiento de los edificios puede llevar a casos como el del colegio Antonio Machado de Carabanchel, donde a mediados de octubre cayeron trozos del techo de un aula, y desde entonces dos cursos de 2º de Primaria reciben clases juntos en la biblioteca por precaución. La Comunidad tardó más de un mes en comenzar a reparar.

Un colegio necesitado de reformas puede esperar años hasta que se hagan, como el colegio Gonzalo de Berceo de Carabanchel, cuyas instalaciones tienen más de 50 años.

“Los comedores están hechos una pena, mi hija de cinco años come en un semisótano casi sin luz ni ventilación y que huele mal”, dice María Granados, presidenta del AMPA del Gonzalo de Berceo.

“Necesitamos un comedor y un gimnasio nuevos”, explica una fuente del centro, agregando que el Ayuntamiento les concedió 15.000 euros para la construcción de una cancha de baloncesto. El dinero no alcanzó, y lo que faltaba lo puso la Asociación de Madres y Padres (AMPA).

“No tuvimos problema en hacerlo porque estamos para mejorar las condiciones del colegio de nuestros niños, pero está claro que no deberías ser así”, dice María.

También en Carabanchel, el Arcipreste de Hita pide salas nuevas hace años.

“Necesitamos una sala para atender a los padres, ahora lo hacemos en el pasillo”, explica su director, Javier Martín.

Entre 2002 y 2009, el Ayuntamiento de Madrid colaboró con el Gobierno Autonómico para obras en colegios de la capital que conjuntamente sumaron unos 130 millones de euros, hasta que en 2010, una reforma de la Ley de Bases de Régimen Local le impidió seguir interviniendo fuera de su competencia.

El Ayuntamiento igualmente destina cada año partidas de inversiones para infraestructuras escolares. En 2015 asignará 8,9 millones de euros, un 2,1% menos que en 2012. En 2014 también anunció la concesión de 530.000 euros a la mejora de un pabellón infantil del colegio Gandhi de Ciudad Lineal de lo que se ahorró con los recortes.

Además de la rehabilitación de colegios Infantiles y de Primaria, a la Comunidad también le corresponde la construcción de institutos de Secundaria. Según la Federación de Asociaciones de Vecinos (FRAVM), hay por lo menos 14 peticiones de nuevos IES.

Una de ellas es la de Butarque (Villaverde) que, al ser un barrio nuevo, a poco de crearse necesitaba escuelas de Infantil y Primaria. Hicieron el CEIP El Greco en 2006. Una vez agotada su capacidad, se construyó el Ausiàs March, pero con el crecimiento del barrio y el paso de los años, ya tienen niños en edad de Secundaria, y no tienen instituto.

El más cercano es El Espinillo, para el cual hay que tomar dos autobuses desde su barrio, dicen desde la Asociación de Vecinos Independiente de Butarque (AVIB).

En Barajas, el único instituto de Secundaria de la zona central del distrito es el Alameda de Osuna, que tiene 8 aulas por curso, y cada año se incorporan unos 240 niños de Primaria de centros con acceso directo.

“Hace falta un nuevo instituto, cada junio se rechazan 200 solicitudes”, explica Mar Alonso, presidenta del AMPA del Alameda de Osuna.

En este sentido, el Ayuntamiento dice que en 2010 cedió a la Comunidad un terreno para construir un IES, pero la CAM niega haber recibido esta cesión.

En lo que sí es competencia del Ayuntamiento, en el mantenimiento, también se reciben quejas.

"Les pedimos que nos arreglen algo y vienen cuando quieren. Por un enchufe roto no vienen porque les parece poca cosa, pero es algo que puede poner en peligro a los niños", explica Isabel Sánchez, del AMPA del Antonio Machado de Carabanchel, distrito donde el mantenimiento de los colegios públicos fue adjudicado al Grupo Ortiz.

Lo mismo desde el colegio República de Ecuador del mismo distrito, desde donde reclamaron que pinten las instalaciones: el Ayuntamiento les envió inspectores, pero no tuvieron más noticias.

“Llevamos dos meses esperando”, explica Carmen Frutos, directora del colegio.

Desde 2010, la inversión media anual del Ayuntamiento en mantenimiento de colegios ha estado en torno a los 20 millones de euros, según el Gobierno municipal.

“Gracias al esfuerzo presupuestario realizado en la última década, y a las periódicas actuaciones de los Distritos en esta materia, la salud de nuestros colegios es muy satisfactoria”, dicen desde el Ayuntamiento.

Sin embargo, el grupo socialista en el Ayuntamiento apunta que el Gobierno local recortó un 20% en mantenimiento de colegios de 2010 a 2013, según datos que han extraído de las cuatro últimas liquidaciones presupuestarias disponibles.

Padres del colegio Antonio Machado: "La caída del techo pudo ser una tragedia"

Unos 50 alumnos de 2º de Primaria del colegio público Antonio Machado de Carabanchel llevan más de un mes  fuera de sus aulas por la caída de un trozo de techo: tuvieron suerte de no estar en la sala de audiovisuales –debajo de sus aulas- cuando se produjo el accidente. Desde entonces, por precaución, reciben sus clases en la biblioteca. Por lo tanto, tampoco el resto de los alumnos (son un total de 570) pueden utilizar ese espacio que, además, no está preparado para clases regulares.

Algunos padres de los niños afectados expresaron su preocupación.

“Manos mal que fue un fin de semana, porque si no, imagínate, podría haber sido una tragedia”, dice Yolanda, mientras espera con su marido Jacinto para recoger a su hija Micaela. “Sería importante que vuelvan a su clase, porque allí tienen sus archivadores, sus propios libros, sus cosas”, agrega. “Los dos cursos están metidos en un solo espacio, sin pizarra digital, los cursos se molestan entre sí”, cuenta Encarna, mamá de María. Maite, mamá de Irene, se mostró menos optimista: “Yo creo que van a estar todo el curso fuera de sus aulas”.

La Comunidad de Madrid dice que ya han comenzado las obras de reparación.