Los granadinos festejan desde mediodía el Día de la Cruz. Una celebración que, por temor a los excesos del botellón de años anteriores, el Ayuntamiento ha querido convertir en la más tradicional que se recuerda.

La ciudad está adornada con cerca de 40 cruces montada en plazas y patios, pero la gran diferencia respecto años anteriores es que no hay barras, prohibidas por el Gobierno local del PP. Entre la lluvia intermitente y la ausencia de mostradores de bebida y de música en la mayoría de las plazas, la fiesta se está viviendo con menos ambiente en las calles que en años anteriores.

No obstante, a primera hora de la tarde han comenzado a llegar centenares de jóvenes al botellódromo de la ciudad (situado junto al Hipercor), único emplazamiento donde hoy está permitido beber alcohol. Por el momento, se han contabilizado más de 2.000 jóvenes y todo apunta a que la cifra aumentará en las próximas horas ya que por las proximidades se ven "a grupos de jóvenes con bolsas que se dirigen al botellódromo", comentan fuentes policiales.

En torno a 700 agentes participan en el dispositivo especial puesto en marcha por el Ayuntamiento de la capital para velar por la seguridad de granadinos y visitantes durante la fiesta de las cruces, que oficialmente acaba a las 2:00 horas de la madrugada de hoy.

Por el momento, no se han registrado incidentes importates como los año pasado, cuando miles de jóvenes se trasladaron desde el recinto habilitado por el Ayuntamiento para celebrar la fiesta al casco urbano de la ciudad, causando múltiples molestias a los vecinos y desperfectos en el mobiliario urbano.