Don Juan Carlos conocerá así al que es su octavo nieto, que nació el domingo por la tarde en el citado centro hospitalario tras un parto por cesárea. La Reina acudió ese día por la noche al Rúber Internacional, para conocer a la Infanta que lleva su nombre, nada más regresar a Madrid desde Moscú, donde había asistido a los funerales de su gran amigo el violonchelista ruso Mislatv Rostropovich.

A la salida de la clínica, la Reina confesaba a los periodistas que estaba "contentísima y feliz" ante el hecho de que su nieta se llame como ella, Sofía.

Doña Sofía regresó al día siguiente a la clínica, para conocer personalmente cómo pasaron la noche su nueva nieta y su nuera, la Princesa de Asturias, y después tenía previsto viajar a Barcelona para estar presente en el cumpleaños de su nieto Miguel, hijo de los Duques de Palma.

A las 12.45 horas regresaba a la Clínica Rúber Internacional el Príncipe de Asturias. Solo y al volante del mismo vehículo en el que por la mañana, tras pasar la noche junto a su esposa y su hija, salía pasadas las ocho de la mañana.

Con los Príncipes y la Infanta Sofía se encuentra la madre de doña Letizia, Paloma Rocasolano, que entró en la Rúber Internacional por una puerta que no es la principal. Paloma Rocasolano llegaba el domingo a la clínica minutos antes de que naciera su nieta Sofía, y permaneció en el centro hasta media noche.