Varias ciudades de Francia serán escenario a lo largo de este fin de semana de concentraciones por la muerte de un joven manifestante el pasado domingo por un proyectil lanzado por la policía cuando este protestaba contra la construcción de una presa en Sivens (sur del país).

Las autoridades han reconocido que la muerte del joven Rémi Fraisse, de 21 años, se produjo por la explosión de una "granada ofensiva" lanzada por los antidisturbios que se enfrentaban a los ecologistas desde hacía días en esa localidad próxima a Toulouse.

El suceso ha desatado una ola de indignación en Francia que ha obligado al presidente de la República, François Hollande, a intervenir personalmente para pedir mesura en las declaraciones a los representantes públicos.

Las obras de construcción del embalse, además, han sido suspendidas "sine die" por el consejo regional del Tarn, encargado de decidir sobre la continuación o no de los trabajos.

Este domingo se celebrará la manifestación convocada por grupos juveniles, izquierdistas y verdes en París, para la que se ha pedido a los asistentes que porten un casco en la cabeza.

Pese a ello, los temores se concentran en torno a la manifestación convocada para este sábado en Nantes (oeste), donde ecologistas y movimientos anticapitalistas protestarán contra la construcción de un aeropuerto.

Las autoridades locales han llamado a la calma en previsión de posibles enfrentamientos con manifestantes antisistema, similares a los que ya han tenido lugar en esa misma ciudad las últimas semanas.

En otras ciudades como Toulouse o Lille (norte) también se han convocado manifestaciones para este sábado.