Algunos consejos

Construcción: Si se puede elegir, lo mejor es optar por muros espesos, que aislarán la vivienda del exterior. También es importante la orientación: si la casa da al sur, los rayos del sol incidirán más directamente sobre ella.

Persianas y cortinas: La luz natural se puede regular con toldos y visillos, echándolos durante las horas de sol y abriéndolos de nuevo al atardecer y durante la noche para ventilar el interior.

Ventanas: Para aislar tanto del calor como del frío, es importante contar con doble acristalamiento.

Agua: Se pueden utilizar pulverizadores para rociar agua en los momentos de más calor e, incluso, contar con pequeños depósitos distribuidos por toda la casa para fomentar la evaporación.

Corrientes: Hay que saber utilizar el potencial de las corrientes de aire, eliminando los obstáculos que dificultan su circulación. También se pueden usar ventiladores.

Color: El blanco repele la luz y, por tanto, el calor; así que conviene que la fachada y las estancias estén pintadas en este color o, al menos, en tonos claros.

Vegetación: Colocar enredaderas y pequeños arbustos en las ventanas y

balcones ayuda a rebajar la temperatura, gracias a la evaporación natural del agua.