Los muchos rostros de Drácula, el príncipe de las tinieblas

  • El ser creado por Bram Stoker es la principal referencia sobre vampiros.
  • El príncipe de las tinieblas sigue inspirando multitud de películas, series de televisión, cómics, videojuegos e incluso obras de teatro.
  • El último filme sobre el personaje es Drácula. La leyenda jamás contada.
  • LISTA: ¿Cuál es el mejor Drácula?
Gary Oldman caracterizado como Drácula en una escena de la película dirigida por Coppola.
Gary Oldman caracterizado como Drácula en una escena de la película dirigida por Coppola.
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Gary Oldman caracterizado como Drácula en una escena de la película dirigida por Coppola.

Cuenta un viejo y maltrecho diario que en un remoto lugar de los Cárpatos es posible encontrar un inmenso castillo en ruinas de almenas desmoronadas. Aunque ningún resplandor ilumina sus ventanas, la fortaleza no está en absoluto desierta. La habita "un hombre alto y viejo, de cara afeitada, aunque con un gran bigote blanco, y vestido de negro de pies a cabeza, sin una nota de color en todo él".

Son palabras del joven abogado Jonathan Harker, quien durante un tiempo fue "invitado" en las dependencias del citado anciano. Sus textos, junto a otros (incluido el diario de su prometida Mina Murray) forjaron el mito de ese hombre de palidez extraordinaria, piel fría, nariz aguileña y dientes afilados conocido como conde Drácula.

Tras todos ellos —Harker, Murray y el propio Drácula— se esconde una figura aún más imponente, la de su creador, el escritor irlandés Bram Stoker, que con un estilo epistolar construyó la que hoy está considerada como una de las grandes obras de la literatura universal, Drácula.

Fue esta soberbia novela de terror de 1897 la que convirtió al vampiro en una criatura recurrente de la cultura popular moderna. Basándose en el folclore y las supersticiones, Stoker definió sus atributos, lo rodeó de una potente imaginería (ataúdes, sangre, ajos, crucifijos, lobos, murciélagos...) e hizo de él un icono que desde entonces ha sido readaptado en infinidad de ocasiones en medios tan dispares como el cine, el cómic o los videojuegos.

La última de esas adaptaciones, la película Drácula. La leyenda jamás contada, no constituye una nueva versión de la célebre novela sino que toma al personaje real en el que se inspiró Stoker para crear a Drácula, el príncipe de Valaquia conocido como Vlad el Empalador, e imagina para él unos orígenes ficticios mezcla de fantasía y hechos históricos.

Esta cinta es tan sólo una más de las muchas inspiradas en un personaje que, a pesar de haber nacido en el ámbito de la literatura, ha visto como su imagen se forjaba y popularizaba gracias al cine, desde el Nosferatu de 1922 (Murnau no logró hacerse con los derechos de la historia original y le cambió el nombre al vampiro) hasta las recordadas encarnaciones de Béla Lugosi y Christopher Lee o los más comerciales largometrajes centrados en Blade y Van Helsing.

Pero es la película Drácula de Bram Stoker (1992), dirigida por Francis Ford Coppola, la que está considerada como mejor y más fiel adaptación de la novela. En esta ocasión, el honor de interpretar al mítico vampiro recayó en Gary Oldman, quien asumió el rol de Drácula como terrorífico anciano y también como romántico y joven seductor. El filme ganó tres de los cuatro premios Oscar a los que estaba nominado (Mejor diseño de vestuario, Mejor Maquillaje y Mejor edición de sonido).

Pero no todas las versiones del conde están relacionadas con el terror y la oscuridad. Drácula ha sido también inspiración para multitud de comedias, películas como Amor al primer mordisco (1979), Drácula, un muerto muy contento y feliz (la versión de Leslie Nielsen, que vio la luz en 1995) y la española Brácula (1997), protagonizada por Chiquito de la Calzada.

En teatro, televisión, cómics y videojuegos

El personaje no tardó en llegar a los escenarios. Hamilton Deane realizó una adaptación teatral de la obra de Stoker que se estrenó en 1924 en Londres, en 1927 en Broadway y después en Nueva York y otras ciudades. Esta representación sirvió de referencia para muchas de las películas posteriores. Desde entoneces y hasta el día de hoy se han realizado numerosas adaptaciones, incluso algunas musicales.

En televisión, las versiones y guiños se disparan con referencias e incluso apariciones del personaje en casi todas las series imaginables en las que se incluye algún elemento sobrenatural (Doctor Who, Hércules: Sus viajes legendarios, Buffy cazavampiros, Los Simpson...). El año pasado, la NBC intentó alcanzar el éxito con una serie centrada en el personaje, pero el Drácula interpretado por Jonathan Rhys-Meyers no cuajó y todo quedó en una única temporada.

Hay incluso algunas encarnaciones de Drácula dirigidas a los niños, como el Conde Duckula o el Conde Draco (Count von Count) de Barrio Sésamo, obsesionado con contar todo lo que pasaba por sus manos.

En cuanto al mundo de las viñetas, el chupasangre aparece como villano en muchos de los cómics de Marvel y es enemigo de Batman en varias historietas publicadas por DC Comics. También ha tenido muchas apariciones en videojuegos, pero pocas afortunadas. De hecho, su papel más memorable en este medio lo tiene en una saga que ni siquiera lleva su nombre, Castlevania, que narra la lucha de varias generaciones de cazavampiros contra el príncipe de las tienieblas.

La moda de los vampiros

De vuelta a la literatura, Drácula también ha sido durante décadas un referente y ha dado pie a multitud de obras centradas en su figura o en tramas sobre vampiros en general. Entre las obras más destacadas se encuentra la saga Crónicas vampíricas, una serie de novelas que Anne Rice comenzó a publicar en 1976 con Entrevista con el vampiro, donde la autora abrió una nueva vía en el género humanizando a la criatura.

En El misterio de Salem's Lot, Stephen King traslada al vampiro tradicional a la sociedad contemporánea mientras que Sueño del Fevre, de George R.R. Martin, traslada la acción a un lugar insólito, un barco de vapor en el río Misisipi a mediados del siglo XIX.

En la aclamada Déjame entrar, el autor sueco John Ajvide Lindqvist aprovecha una historia de amistad infantil entre un niño y un vampiro para ahondar en la soledad y desconcierto de la criatura. La cinta fue llevada a la gran pantalla en dos ocasiones (la original sueca y su remake estadounidense), ambas con buena acogida de crítica y público.

Sin embargo, la novela de vampiros más popular de los últimos años poco tiene que ver con el Drácula original. Crepúsculo y sus continuaciones, de la escritora estadounidense Stephenie Meyer, han redefinido la imagen del vampiro, poniendo más énfasis en el componente romántico y haciéndo a estos seres más jóvenes y atractivos para el público adolescente, especialmente para las chicas. El bestseller tuvo su correspondiente adaptación a la gran pantalla, donde repitió éxito.

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