40 años no son nada en el caso de Rosendo Mercado (Madrid, 23 de febrero de 1954). El rockero más famoso del barrio de Carabanchel (Madrid) acrecentó su leyenda musical el pasado 27 de septiembre, cuando llenó a rebosar la plaza de toros de Las Ventas de la capital. En este enclave celebró Una vida de rock ante 17.500 personas. Rosendo repasó su mejor repertorio en compañía de Fito, Kutxi de Marea, Enrique Villareal El Drogas y de su hijo, el también músico Rodrigo Mercado.

El concierto se grabó en directo y se editará el próximo 2 de diciembre. La gira Mentira Me Parece se detuvo el sábado 11 de octubre en la sala BARTS de Barcelona para presentar los nuevos temas del disco Vergüenza torera, más comprometido en las letras que nunca.

El pasado 27 de septiembre se hizo con la plaza de toros de Las Ventas de Madrid en un gran concierto para celebrar 40 años de rock ¿Cómo lo recuerda?

Todavía me estoy bajando de la nube. Me desbordó tanta gente y tanto cariño. En todos los conciertos hay ese rollo pero si lo multiplicas por tantos miles de personas y por un sitio tan especial es un gustazo.

¿Le recordó a la gira El rock de una noche de verano del año 1983?

También estaban conmigo Miguel Ríos y Luz Casal pero no tenía mucho más que ver porque entonces nosotros no éramos los protagonistas, sólo cubríamos un hueco. Toda la responsabilidad de este último concierto recaía sobre mí y lo pasé mal durante los días previos por todo el reto que suponía.

¿Ya ha asumido eso de ser una leyenda viva del rock?

No lo llevo mal. Empiezo a pensar que sí lo soy porque ya me han caído los 60. Toda la gente que me sigue me da mucha energía y eso que todavía no estoy seguro de si hay para tanto. Esto es por lo que he peleado toda la vida y ya puedo decir que estoy consiguiendo vivir de ello.

Su imagen está íntimamente ligada al barrio de Carabanchel. Ahora pasa temporadas en una aldea de Burgos ¿Lo rural también tiene mucho de rockero?

El rock es un sentimiento que se tiene en cualquier sitio, nace del espíritu. Hay rockeros de pro igual que en el barrio más industrial de Madrid.

¿A los rockeros se les quiere callar ahora más que nunca?

Hay un intento de retroceso en este país que está cansando a todos. El rock tiene mucho de denuncia y ahora lo que nos naces es aún más mala leche.

¿Tiene la sensación de que los músicos de su generación están tirando del carro de los jóvenes?

No necesariamente. Por ejemplo, mi hijo toca en otro estilo y en otro formato muy diferente al mío y también es combativo. Sí que es cierto que los viejos pellejos tenemos más mala leche y los jóvenes más energía pero el negocio no les atiende a ellos porque nunca les ha hecho caso. A nosotros tampoco nos hacían caso cuando éramos jóvenes.

Sala Barts. Paral·lel, 62. Sábado 11 de octubre. A partir de las 21.00 horas. Precio: de 25 a 35 euros. www.barts.cat.