La socialista Ségolène Royal, que se define como la "candidata del cambio" y la "fuerza tranquila", pidió hoy a los franceses que el próximo 6 de mayo "escojan la audacia" de elegir por primera vez a una mujer para el Elíseo.
Primera mujer con posibilidades reales de ser la primera jefa de Estado de Francia, Royal, de 53 años, se enfrentará dentro de 15 días al conservador Nicolas Sarkozy en el duelo final por el Elíseo.
Nacida en Dakar -uno de los destinos de su padre, que fue coronel de artillería - el 22 de septiembre de 1953, Royal es una profesional de la política, a la que llegó en 1982 de la mano de Jacques Attali -uno de los principales consejeros del difunto ex presidente Francois Mitterrand.
Royal fue diputada a los 35 años y ministra, por primera vez, a los 38.
De hablar pausado y verbo cuidado, delgada y elegante, la compañera desde hace 27 años del primer secretario del PS, François Hollande, es enérgica y dicen que autoritaria.
Su tenacidad y sus reiterados llamamientos al "voto consciente" han surtido efecto y la han colocado en la recta final en la lucha por suceder a Jacques Chirac, quien ha pasado 12 años en el cargo.
Activando el voto útil Unos llamamientos que han logrado
Con apoyo del 25 por ciento de los votantes en la primera ronda, su reto ahora es aglutinar, además del apoyo ya garantizado de la mayoría de otros partidos de izquierdas, el voto clave de los siete millones de franceses que han respaldado al centrista François Bayrou. Sólo así podría ganar a Sarkozy, quien ha conseguido más del 30 por ciento.
Para Bayrou fue precisamente uno de los guiños de su alocución de esta noche electoral: Prometió ser "garante de Estado imparcial", asumió la responsabilidad de "la lucha del cambio para que Francia se levante" y dijo que el 6 de mayo será una fecha "clave" en la que tiende la mano a los que piensan que "el sistema ya no funciona".
La carta de género
Desde que inició el año pasado su campaña, la sacerdotisa de la "democracia participativa" ha mantenido contra viento y marea su peculiar estilo político y
Intuitiva y con gran capacidad de reacción, Royal supo tomar la delantera en la campaña al interesarse en los problemas del personal del grupo aeronáutico europeo Airbus y al romper el tabú que el uso de los símbolos nacionales, como cantar la Marsellesa (himno nacional) al final de un mitin, suponía para la izquierda.
Sin marcar la agenda de la campaña Durante la primera parte de la campaña, no supo o no pudo imponer sus propuestas sociales en el debate y se ha visto arrastrada por los vaivenes de la actualidad, al tiempo que crecían las dudas sobre su capacidad para ejercer la responsabilidad máxima del Estado.
Entre sus perlas destacó su alabanza a la "rapidez" de la justicia china, su desconocimiento sobre el números de submarinos nucleares franceses o decir que su opinión sobre la entrada de Turquía a la Unión Europea (UE) es "la de los franceses".
Defensora a ultranza de su "libertad", defiende
El gran éxito de esta hija de un teniente coronel de infantería, a quien
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