Los libreros vuelven a la cuesta de Moyano

Las casetas dejan el paseo del Prado para volver mañana a su calle. Será peatonal y está en estudio poner dos terrazas.
Desembalando. Uno de los libreros disponiéndose a recolocar sus volúmenes en la cuesta.(Antonio Navia)
Desembalando. Uno de los libreros disponiéndose a recolocar sus volúmenes en la cuesta.(Antonio Navia)
Desembalando. Uno de los libreros disponiéndose a recolocar sus volúmenes en la cuesta.(Antonio Navia)
Las 29 casetas de los libreros instaladas en el paseo del Prado ya han finalizado su mudanza para trasladarse a su lugar primigenio, la calle Claudio Moyano. Mañana se reinaugurará  esta feria con 30 puestos, uno de ellos será municipal y está dedicado a las publicaciones del Ayuntamiento de Madrid, coincidiendo con el fin de las obras de peatonalización.

Poner a punto la cuesta de Moyano y un incendio en una subestación eléctrica obligó a los libreros a trasladarse al paseo del Prado. Allí han estado durante tres años «horribles», según Francisco Martínez Moncada, presidente de la Asociación de Libreros de Moyano.

Ni bancos ni papeleras

Como él, la mayoría de sus compañeros están «deseando» volver a la cuesta. «Hemos pasado frío, ruido y sufrido varios robos», recuerda Moncada. Ahora que estrenan calle están «encantados». El proyecto de reasfaltado contemplaba además la reforestación de árboles y aunque aún está en estudio, el Ayuntamiento de Madrid y los libreros están «negociando la posibilidad de instalar dos terrazas en la cuesta», según ha confirmado a 20 minutos Moncada. «No sabemos si los veladores irán al principio y final de la calle o si se ubicarán en el centro de la vía», comenta Moncada.

Sin embargo, a escasos días de su reestreno, la cuesta aún no dispone de bancos ni apenas papeleras.

Unos deseando volver y otros no tanto

Manuel Leva. Librero, 60 años. «Estamos deseando volver a nuestra cuesta. A mí me gusta mucho cómo va a quedar. Al principio puede que le cueste a los clientes volver a nuestra cuesta, pero aquí [paseo del Prado] estamos de paso».

Paloma. Librera. 52 años. «Mi abuelo ya vendía libros en la cuesta de Moyano y a mí también me apetece volver. Espero que haya vigilancia para que la calle no se degrade, pues como ahora va a ser peatonal es probable que se llene de botellones».

Carmen Carrillo. Ama de casa y clienta. 58. «Al paseo del Prado he venido muchas veces y siempre me llevo algún libro. Suelo comprar los de narrativa. Ahora que sé que se trasladan no se si iré tanto, porque por no subir la cuesta...».

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