Un año ha durado el suplicio para Paco Vico y Alicia Martínez, una pareja de Murcia que cuando fue a inscribir, en marzo del año pasado, a su hija como Julieta, se encontró con la negativa del juez del Registro Civil, Antonio Martín Ferradal, y tuvieron que inscribirla como Julia.
Después de once largos meses de espera, la Dirección General de Registros y Notariado, del Ministerio de Justicia, les acaba de admitir el cambio de nombre y, de manera oficial, su hija ya se llama Julieta.
Así consta en el libro de familia, "con un pegote de tippex y un asterisco en el que se explica que el nombre ha cambiado", afirma Paco Vico.
Además de la negativa del juez, la familia Vico ha tenido que afrontar el disgusto de ver cómo Martín Ferradal sí permitió a otra pareja de Murcia llamar a su hija Julieta. Ocurrió en febrero. Tras ello, Paco y Alicia presentaron una queja al Tribunal Superior de Justicia de Murcia, que expedientó al juez.
El juez Antonio Martín Ferradal protagonizó otros dos casos complejos: el de una pareja boliviana que no pudo llamar a su hija Bieita (nombre gallego) y el de un matrimonio hispano-francés que tampoco pudo llamar Noa a su hijo, aunque el Consulado francés medió y lo consiguió.
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