David Lynch lleva a Filadelfia, la ciudad donde algo le 'hizo click', la mayor exposición de su obra

  • La Academia de Bellas Artes de la ciudad, donde Lynch estudió entre 1965 y 1970, inaugura una completa retrospectiva sobre la obra plástica del cineasta.
  • En la capital de Pensilvania, Lynch experimentó un 'click' interior y supo que debía tomar el camino de representar la 'obscuridad humana' con retorcida ingenuidad.
  • La exposición 'The Unified Field' reúne casi un centenar de pinturas, dibujos y bocetos realizados durante sus estudios, material del primer corto y fotografías.
Boceto de David Lynch para el ser que nace en Cabeza borradora, su primer largometraje
Boceto de David Lynch para el ser que nace en Cabeza borradora, su primer largometraje
Courtesy of the artist
Boceto de David Lynch para el ser que nace en Cabeza borradora, su primer largometraje

Entre los 19 y los 24 años, cuando aún nadie podía predecir que poblaría nuestros sueños de inquietud y retorcida ingenuidad, David Lynch estudió en la Pennsylvania Academy of the Fine Arts (PAFA), la escuela superior de Bellas Artes decana de los EE UU —fue fundada en 1805—. En la ciudad, donde vivió, se casó por primera vez y tuvo una hija, algo "hizo click" en la mente de Lynch y supo que estaba llamado a explorar la tierra de nadie donde lo macabro y lo cotidiano se diluyen o, como él mismo ha afirmado, la "parte inexistente" de su país.

Lynch regresa a Filadelfia, la capital del nororiental estado de Pensilvania, para la mayor exposición que nunca se haya organizado sobre su obra plástica. Casi cien dibujos, pinturas y bocetos que el artista realizó desde su estancia en la ciudad ("una mina de oro para la creación") y hasta el presente, unidos a fotografías de la época, conforman David Lynch: the Unified Field (David Lynch: el campo unificado), que estará en cartel en el museo del PAFA entre el 13 de septiembre y el 11 de enero de 2015.

No adecuada para niños

Las obras plásticas de Lynch —tan misteriosas y emocionalmente intensas como gran parte de sus más de cuarenta piezas audiovisuales, incluyendo largometrajes, cortos, spots publicitarios y videoclips— combinan una depravación casi naíf con la mirada de un voyeur. Aprovechando las texturas del cartón y el óleo, la dispersión de la tinta y las acuarela, la mirada vidriosa del cómic, la tensión del simbolismo surrealista y la densidad tenebrosa de los escenarios industriales, los cuadros juegan con el mal gusto y la repulsión hasta tal punto que el museo aconseja que los padres de niños vean la exposición antes de decidirse a llevar a los críos.

Una de las secciones está dedicada por completo a Six Men Getting Sick (Seis hombres poniéndose enfermos, 1966) el primer trabajo de Lynch en cine, una animación en 16 milímetros que fue premiada por la escuela como trabajo de fin de curso.

La génesis del corto, que combina pintura, escultura y collage, ha sido explicada así por el director: "Estaba mirando un cuadro. Del cuadro salió como un viento y el jardín y las plantas empezaron a moverse... Me quedé allí y dije: '¡Vaya, un cuadro en movimiento!' y eso fue todo". Desde ese momento tuvo claro que deseaba dedicarse al cine y en 1971, al acabar su licenciatura en Artes en Filadelfia,  se marchó a Los Ángeles para estudiar en el American Film Institute Conservatory.

Material inédito

Además de otros dos cortos que realizó mientras estudiaba en el PAFA —The Alphabet (El alfabeto, 1968) y The Grandmother (La abuela, 1970)— y algunos experimentos poco conocidos, se estrenará un film inédito que Lynch dirigió sobre la inauguración de una exposición de arte. Gran parte de los dibujos y pinturas, entre las que se encuentran bocetos para algunos de sus largometrajes, tampoco se habían exhibido en público nunca antes. La exposición paralela Something Clicked in Philly: David Lynch and His Contemporaries (Algo hizo click en 'Fili': David Lynch y sus contemporáneos) se ocupa de mostrar una selección de los compañeros de Lynch.

El coordinador de The Unified Field, Robert Cozzolino, dice que el carácter "oscuro y peligroso" de Filadelfia, ciudad sometida cuando Lynch era uno de sus vecinos a un gran decaimiento económico y social y altos niveles de delincuencia, "alimentó la inmensa creatividad de Lynch, quien ha dicho que la mayor inspiración de su vida fue esta ciudad". Las ruinas industriales, el deterioro urbano y las extrañas yuxtaposiciones visuales que experimentó en Filadelfia le "parecieron hermosos en lugar de vacíos y horribles".

La pintura, arte central

El catálogo de la exposición también apunta otra notable conclusión que el joven artista obtuvo de su pasó por la escuela de Bellas Artes: la importancia crucial de la pintura, cuyas "verdades se pueden trasladar a la vida real porque no necesitan de palabras y arrastrán todo lo demás", como Lynch ha declarado.

El convencimiento de que la pintura es el arte central —el campo unificado al que se refiere el título de la muestra—, del que nacen los demás, ha permitido al cineasta, añade Cozzolino, "tener una gran capacidad para sumergir a sus audiencias en mundos paralelos, mezclando lo familiar con lo inesperado, creando escenarios que pueden mostrar al mismo tiempo lo terrible y lo milagroso".

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