Y si no que se lo digan a los que trabajan en el CERN cerca de Ginebra, Suiza, que vieron cómo se producía una explosión en el interior del túnel en el que se halla el acelerador de partículas debido a errores básicos en los cálculos matemáticos.
La explosión
Los daños obligarán a reparar los 24 grandes imanes situados a lo largo de las 17 millas de perímetro del acelerador y con los que se consigue que los protones de diversos haces choquen unos con otros.
Fermilab enrojece
El suceso deja en muy mal lugar a Fermilab, el laboratorio de física estadounidense que construyó los imanes y los anclajes que ahora han saltado por los aires.
Al parecer Fermilab -que también construye el laboratorio rival, Tevatron- cometió varios errores elementales en el diseño de los imanes y de las sujeciones.
Pier Oddone, director del Fermilab, envió a consecuencia de la explosión un correo incendiario a sus empleados, en el que les decía que habían provocado "una cagada a nivel mundial". "Estamos estupefactos al ver que cometimos errores básicos en el equilibrio de fuerzas. No solo no fuimos capaces de verlo durante el proceso de diseño sino también durante las cuatro revisiones de ingeniería realizadas entre 1998 y 2002 antes de comenzar la construcción de los imanes".
Los imanes formaban parte del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), con el que se quieren recrear las condiciones en las que se produjo el Big Bang y cuya inauguración se retrasará ahora varios meses.
Con el LHC se pretende hacer colisionar protones a una velocidad próxima a la de la luz.
Los científicos esperan que las colisiones generen nuevas partículas, entre ellas el bosón de Higgs, una de las partículas fundamentales que se creen podrían explicar algunas de las propiedades clave de la materia.
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