Desde que comenzaron los bombardeos israelíes, el pasado 8 de julio, sobre la franja de Gaza, para Nasser El Farra sus días son interminables y sus noches están llenas de incertidumbres. La distancia de vivir en Madrid a miles de kilómetros de los suyos le hace sentirse impotente. No hay mañana que no se levante y abra el listado de las personas fallecidas ese día. El temor a perder a más familiares crece a medida que el conflicto avanza y pasan las horas sin aparente solución. Hasta ahora, los constantes bombardeos sobre la población han acabado con la vida de tres primos suyos y se han llevado por delante seis casas de familiares cercanos.

"Todos tenemos un contacto constante con los familiares. Veo las noticias y miro las redes sociales cada diez minutos. A veces me levanto por la noche para abrir y ver qué está pasando. Casi todos los palestinos que estamos aquí tenemos familia en la frontera y estamos muy inquietos, muy enfadados por lo que está sucediendo", lamenta.

Nasser salió en el año 1982 de la Franja para estudiar en la universidad, ya que no podía hacerlo en Egipto por los problemas diplomáticos que existían con Israel por aquel entonces. Como muchos otros jóvenes se vio obligado a emigrar con tan solo 17 años en busca de un futuro mejor. Tras barajar todos los destinos, llegó a España acompañado de un familiar. Desde entonces ha regresado a Gaza en pocas ocasiones que se cuentan con los dedos de una mano, pues su entrada y salida está condicionada por el gobierno de Israel. De hecho, la última vez que tuvo la ocasión de viajar fue hace diez años, cuando se reunió con sus hermanos, tíos, primos y sobrinos quienes ahora padecen la devastación de los misiles que por las noches iluminan el terreno destruido.

La ocupación israelí y el conflicto le han arrebatado familiares, pero no los recuerdos de la infancia. A medida que rememora las risas junto a sus hermanos en la planta de arriba de su casa, mientras su padre les gritaba desde la de abajo, su rostro va cambiando hacia la infinita tristeza. Gracias a las nuevas tecnologías y, sobre todo, a las redes sociales, sabe a ciencia cierta que la mayor parte de sus familiares está bien. Un whatsapp, un mensaje en Facebook, un tuit o una llamada por Viber son el antídoto contra la desesperación, la inquietud y el temor, al menos por unas horas. Las llamadas convencionales han pasado a un segundo plano debido a su elevado precio, a pesar de que sean más baratas si se efectúan desde la Franja de Gaza.

También las imágenes que aparecen en las distintas cadenas de televisión y por Internet le sirven a él y al resto de palestinos para identificar si ha caído alguno de los suyos. Sin embargo, en lugar de ayudar, las cruentas imágenes le destruyen por dentro. "¿Has visto las fotos que están saliendo de la Franja? Estoy pidiendo a nuestros paisanos que no bajen estas fotos, porque destrozan nuestra sensibilidad para que podamos aguantar y resistir", lamenta.

Para él, Israel está haciendo una política de exterminio total, puesto que no da a la gente el suficiente tiempo para evacuar sus hogares. "La mayoría de las casas palestinas son de cuatro pisos. En la primera viven los abuelos, en la segunda planta el primer hijo, en la tercera el segundo hijo y así sucesivamente. Si echas un misil, no matas a una persona, matas  a familias enteras. ¿Qué coño es eso de dar un minuto para bajar y salir de la casa y luego te echo la casa abajo? Como mucho les dan dos minutos. Vamos tú y yo a abandonar este edificio en dos minutos. Imagínate que alguien dice que evacuemos todo el edificio... ¿Cuántos minutos necesitamos para evacuar a la gente del edificio? Si el ascensor falla, ¿cómo vamos a bajar a las personas mayores? Y las casas palestinas no tienen ascensor”, detalla.

Según comenta, la destrucción ha unido más que nunca a la comunidad palestina en España, quien apoya en mayor o menor medida a la resistencia palestina que está haciendo frente a los bombardeos y ataques con mortero por parte de las tropas israelíes. "Todos los palestinos apoyan a los grupos que forman la resistencia palestina. No a un grupo determinado. Aunque el nombre que más suena es Hamás, hay muchos más. Yo no pertenezco a ninguno de ellos, aunque si lo hiciese, me sentiría orgulloso. Como ciudadano y como palestino te identificas con ellos, aunque en algunas cosas estén equivocados”, explica.

Su opinión coincide con Rashid —nombre ficticio, pues prefiere mantenerse en el anonimato—, que viajó por los mismos motivos que Nasser a España: aquí consiguió estudiar arquitectura. Mientras relata la historia de su vida, frente  a él se encuentra su hijo que le acompaña en la cena que rompe el ayuno del Ramadán, el 'Iftar'. Los únicos familiares que le quedan en la Franja son hermanos y sobrinos y la última vez que los visitó fue en el año 2012 cuando las fronteras aún estaban abiertas. En aquella ocasión fue testigo de una población confinada a vivir en tan solo 360 kilómetros cuadrados.

"Tiene que romperse ese bloqueo a la población que se produce por mar, tierra y aire", expresa. Según sus palabras, Israel se está dedicando a destrozar las casas que se encuentran más cercanas a la frontera para suavizar el terreno, allanarlo y así introducir su maquinaria y tropas.  Un hecho que impide “a los equipos de rescate sacar los cuerpos que se encuentran debajo de los escombros”, explica.  Con respecto a la política que se fragua en la Frontera, reconoce al grupo Hamás como un partido político y no como un grupo terrorista, señalado así por la comunidad internacional. "Es un gran error hablar de Hamás como un grupo terrorista, quien usa esa palabra no tiene ni idea del pueblo palestino. Representa a un gran porcentaje de la población", señala.

Desde España, los palestinos esperan que el fin del conflicto suponga el fin de los bombardeos, el desembargo y, a largo plazo, la desocupación de todos los territorios palestinos -Franja de Gaza y Cisjordania-. Según comenta Nasser, están dispuestos a resistir hasta el fin del embargo. "Si este conflicto nos va a llevar al fin del bloqueo de Gaza, aceptamos pagar un cierto precio porque sabemos que quienes han muerto bajo este embargo son muchísimas más personas que los que han muerto en este conflicto. Los que han muerto en los hospitales, en la frontera israelí, los que han muerto en sus casas… Nadie sabe nada de ellos porque todos los muertos, los que mueren de forma silenciosa, no salen en los medios", lamenta. "Nosotros somos los que perdemos, nosotros ponemos los muertos", añade

El comportamiento de los medios de comunicación occidentales con respecto al conflicto está siendo viciado, según comenta el periodista Jamal Ahmad, que trabaja para la cadena árabe Al Hiwar TV. "Cuando tú tienes un conflicto tienes que ser capaz de hablar de las dos partes tanto del lado palestino como israelí", comenta. "A menudo recurren a portavoces israelíes y rara vez muestran portavoces de palestinos", refiriéndose a medios británicos y estadounidenses como BBC y NBC. "Evitan dar la imagen de Palestina. Los medios occidentales no quieren mostrar el dolor de los niños. Y la audiencia no lo entiende. Sin las impactantes imágenes no consigues que las historias se sientan", explica. Ahmad ha sido testigo de esta operación militar israelí denominada ‘Margen Protector’ y señala que, en este conflicto, hay una evidencia clara de desventaja porque mientras el lado israelí cuenta con un avanzado desarrollo militar y tecnológico para atacar, los palestinos se defienden a través de medios primitivos como los cohetes.

Según los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad de Gaza, hasta la fecha son 1.279 los palestinos que han muerto en la Franja y más de 6.700 los que resultaron heridos.