"En España no hay conciencia de la importancia de la conservación del patrimonio", asegura una experta

La pintora y rehabilitadora Cristina Ybarra opina que "en España no existe una verdadera conciencia ciudadana de la importancia de la conservación del patrimonio".
La pintora y rehabilitadora Cristina Ybarra en los cursos de la UPO
La pintora y rehabilitadora Cristina Ybarra en los cursos de la UPO
EUROPA PRESS/UPO
La pintora y rehabilitadora Cristina Ybarra en los cursos de la UPO

La pintora y rehabilitadora Cristina Ybarra opina que "en España no existe una verdadera conciencia ciudadana de la importancia de la conservación del patrimonio".

Según ha manifestado, "se trata de un problema educativo, por lo que aboga por darle mayor importancia al arte y a la cultura, tanto en los colegios como en las casas, para que la sociedad vaya cambiando y asumiendo nuevos valores".

Ybarra ha realizado este martes estas declaraciones en el curso sobre 'Quién rehabilita el patrimonio' que se está desarrollando en el marco de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) en Carmona (Sevilla) y en el que ha impartido la ponencia 'Rehabilitación del palacio de Portocarrero'. Durante la misma, ha explicado los orígenes, historia, restauración y el proyecto de puesta en valor del monumento.

Artista multidisciplinar, Cristina Ybarra pinta y lleva la dirección artística de la restauración del Palacio de Portocarrero (Palma del Río, Córdoba) y su gestión. Este monumento, declarado Bien de Interés Cultural, aúna en su historia milenaria forjada en época romana un alcázar almohade y un palacio del Renacimiento.

Además, ha diseñado jardines y este año también ha estado exponiendo en la Fundación de Cultura Andaluza, en el Ayuntamiento de Sevilla y en el de Huelva. Este año también ha realizado el cartel anunciador de la Romería de la Virgen del Rocío, encargado por la Hermandad Matriz de Almonte.

Para Cristina, su labor "consiste en dirigir artísticamente las obras, lo que permite desarrollar proyectos en muchos ámbitos creativos. También el diseño de jardines, la supervisión de acabados, solerías, fachadas, frisos, detalles arquitectónicos, las pinturas murales, la iluminación o la decoración. En la actualidad, también a la gestión y puesta en valor del palacio".

"En esta ocasión, ha sido la propiedad privada la que se ha adelantado a la administración en cuanto a la conservación del patrimonio, puesto que se renuncia a la concesión volumétrica de viviendas concedidas por el Ayuntamiento, que permitió la construcción de unos bloques de pisos dentro del casco histórico, y se aborda en 1988 la restauración de un monumento en ruinas. El interés por la protección del casco histórico se manifestó mucho más tarde, cuando se declaró BIC y comenzó a desarrollarse el plan especial de protección", según ha asegurado.

Con respecto a las acciones que podemos llevar a cabo los ciudadanos para colaborar en la conservación del patrimonio, esta artista apuesta por entender que hay que valorar más las artes en general y acostumbrarnos a pagar para contribuir al sostenimiento y mejora en la cultura, en los museos o en los monumentos visitables. "Debemos tomar ejemplo de otros países como Reino Unido, Estados Unidos o Italia, que se apoyan más en general con donaciones, asociaciones, fundaciones o algunas leyes interesantes que hacen más fácil el mantenimiento", puntualiza.

A la hora de afrontar la tarea de rehabilitar un edificio, Cristina Ybarra señala que existen importantes problemas económicos y burocráticos. De esta manera, reconoce que la labor de restauración monumental no está lo suficientemente respaldada por las instituciones y organismos públicos: "hay pocas ayudas para rehabilitaciones privadas, no hay patrocinios o subvenciones, o éstas no llegan a los privados. Es muy complicado, por no decir imposible acceder a ellas", considera.

Para ello ha puesto un ejemplo: "mientras que en Italia un palacio se puede dividir horizontalmente por pisos, algo que permite su venta y conservar el edificio, evitando su deterioro, aquí está prohibido. Se trata de un problema urbanístico. Tampoco hay facilidades para la transmisión si el edificio no es BIC, existiendo muchas trabas burocráticas y administrativas que alargan eternamente las licencias".

Por último, ha reflexionado sobre el proceso de rehabilitación de un monumento. En su opinión, para que sea adecuada es necesario respetar el mismo, su historia, emplazamiento y uso, adaptándolo si es necesario, pero manteniendo criterios estéticos y funcionales adecuados. "Hacerlo con un punto de humildad para que prime la esencia de la obra original, y hay que tener en cuenta otros factores diversos como el mantenimiento posterior, tanto arquitectónico como la gestión, la idoneidad de los materiales, el uso, el buen gusto, los cánones, el sentido común o el presupuesto", concluye.

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