Los pucheros ya están preparados. Esta noche, Vicky y Mateo, los finalistas de MasterChef (La 1, 22.30 horas), pondrán a prueba por última vez sus dotes en los fogones ante el jurado habitual del espacio, así como ante los cocineros Jordi y Joan Roca, responsables del prestigioso restaurante El Celler de Can Roca. El objetivo: convertirse en el ganador o la ganadora de la segunda edición del programa, uno de los talent shows de cocina más exitosos "y más duros de la programación", aseguran sus responsables.

La última entrega del programa contará, además, con visitas de personajes conocidos de distintas disciplinas y la emisión de vídeos inéditos, tomas falsas e imágenes de la vida de los aspirantes en la casa en la que han vivido durante casi cuatro meses.

Tras trece entregas en antena y liderando el prime time en casi todas ellas, MasterChef anticipa una final de grandes datos. Ya la pasada semana el espacio obtuvo un 22,4% de cuota de pantalla y fue visto por 3,1 millones de espectadores.

Para su desenlace, no solo se espera que el espacio bata el récord de audiencia de la actual temporada (tres millones y medio de televidentes y un 23,1% de share).  Además, parece probable que rebase los más de cinco millones de personas que el programa logró convocar en el último día de su primera edición, cuando el almeriense Juan Manuel Sánchez se erigió en ganador.

Pero hay otras cifras distintas a las de los ranking que resumen el transcurso de MasterChef : a lo largo de 14 semanas, por el programa han pasado 15 concursantes —elegidos entre 9.000—, 30 estrellas Michelin y un arsenal de productos alimenticios (desde 622 docenas de huevos a cuatro toneladas de cebollas o una y media de sal).

La posibilidad de aprender sabrosos secretos culinarios, la destreza de sus concursantes, la emoción del reto o el punto de telerrealidad que posibilita a  los televidentes el acercarse a sus participantes e, incluso, encariñarse de ellos, son otros de los ingredientes que conforman esta fórmula eficaz que huele a comida. Pero este miércoles los protagonistas serán Vicky y Mateo. Dos sensibilidades, dos olfatos y dos formas distintas de entender la comida.

Vicky. Edad: 31 Profesión: Carnicera, aunque actualmente se encuentra desempleada. Lugar de nacimiento: Mallorca. De ella han dicho: "Es nerviosa pero nunca pierde la alegría" (RTVE). Los seguidores del programa en Internet destacan, además, su empeño y espontaneidad. Un momento clave: El canelón de rabo de toro con cítricos que  preparó  el 2 de julio y que conquistó al jurado y  al chef Óscar Velasco. Su punto fuerte: Es creativa y una eficaz cocinera. Su especialidad son los guisos con carne y verduras. Su talón de Aquiles: A veces pierde la paciencia. Su salida de tono con el jurado en el día de la semifinal casi le cuesta la expulsión. Ante la cámara: Es natural, directa y algo chillona. Y, para muchos, "auténtica", muy trabajadora y la favorita.

Mateo. Edad: 20 Profesión: Estudiante de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza. Lugar de nacimiento: Huesca. De él han dicho: "Responsable y maduro para su edad" (MasterChef). Para algunos usuarios, le falta "rodaje". Otros alaban su resolución y capacidad de reacción. Un momento clave: Las felicitaciones que recibió el pasado 4 de junio tras cocinar un guiso de pescado con azafrán al estilo de su abuela. Su punto fuerte: repostería sin gluten (tanto él como su madre y su hermana son celíacos) y guisos tradicionales. Además, su capacidad para sobreponerse a los errores. Su talón de Aquiles: Es el candidato más inexperto. En el programa ha abusado de recetas con pollo. Ante la cámara: Es tímido, competitivo y sentimental. A lo largo del espacio no ha podido evitar echar alguna lágrima.

El programa que ha conquistado el prime time de los miércoles también ha contado con su particular dosis de picante.

Ocurrió la pasada semana, cuando el candidato Emil Samper, para algunos el claro ganador del concurso, no logró superar la semifinal. No solo Twitter se incendió con mensajes tras su eliminatoria: el mismo Emil expresó su disconformidad ante los medios y aseguró sentirse vencedor moral del concurso, donde desde que se había marchado, «nadie ha cocinado mejor» que él, explicó a Cadena SER.