Los policías estaban en un control de alcoholemia cuando vieron un vehículo que se acercaba a gran velocidad, por lo que le hicieron señales para que parase.
El conductor aceleró para huir. Los agentes iniciaron su persecución y lo interceptaron a unos 800 metros, en la avenida del Jarama con la de la Cañada.
Durante la persecución el vehículo circuló a gran velocidad, invadió ambos carriles e iba en zigzag. Al identificar al conductor, «los agentes no se explicaban cómo podía conducir con los síntomas de embriaguez que presentaba», señala la Policía en un comunicado.
Al borde del coma
Con una tasa superior a 1,5 miligramos, la conducción se hace imposible, se entra en un estado de embriaguez profunda, sopor y progresiva inconsciencia. A partir de dos miligramos, existe la posibilidad del coma. El conductor fue remitido al Juzgado de Guardia de Coslada y el vehículo fue inmovilizado.
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