Palmas, que bajen las aguas

La polémica entre la cofradía de Armillas y la Federación de Hermandades no empaña el comienzo de las procesiones en un Domingo de Ramos en el que el sol quiere acompañar.
Un momento de la procesión de la Encarnación, una de las que desfilan el domingo (Torres).
Un momento de la procesión de la Encarnación, una de las que desfilan el domingo (Torres).
Un momento de la procesión de la Encarnación, una de las que desfilan el domingo (Torres).
A partir del domingo, los pasos de Semana Santa estarán en las portadas de los periódicos, pero por motivos distintos a los que enfrentaban a la Federación de Hermandades o el comité organizador de la manifestación cofrade.Confiemos en que el comienzo de la semana consiga calmar las aguas que durante esta última semana han bajado muy revueltas, hasta el punto de casi dejarnos sin procesiones este año. Si nada se tuerce, meteorología incluida, disfrutaremos de una semana de fervor cofrade, desde el respeto, la creencia y en el peor de los casos, la indulgencia para con nuestros semejantes. Además, qué mejor día para enterrar añejas disputas y antiguas rencillas que el Domingo de Ramos, que por antonomasia, es la fiesta de los niños.

Jesús recibido por niños

Con algarabía recibieron los creyentes a Jesús de Nazaret cuando entró en Jerusalén, a lomos de una Burriquilla que Dios dispuso a su paso. La muchedumbre lo recibió agitando hojas de palma y ramas de olivo.

En recuerdo de este pasaje bíblico, los niños de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, más conocida popularmente como La Burriquilla, portan hojas de palma y van ataviados con ropa hebrea. Una nota de color en la primera estación de penitencia de la semana.

Las Maravillas de la vista

Con la Alhambra de vigía arriba en el monte de la Sabika, la Carrera del Darro es uno de esos enclaves que convierte nuestra Semana Santa en especial. Con el río Darro llenando con susurros los silencios de las cornetas y los tambores, y los palios bailando al paso entre las angosturas de la calle y las esquinas de los balcones es todo un espectáculo. Poder disfrutar de Las Maravillas. A su salida del templo, a eso de las siete de la tarde o a su regreso, en el camino de vuelta, sobre las doce de la noche, merece la pena hacerse un hueco y disfrutar de esa ruta mágica.

Reserva en la Santa Cena

Sólo por el grupo escultórico, que pertenece a Eduardo Espinosa Cuadros y es de la década de los veinte, merece la pena la espera en la plaza de Santo Domingo, para ver La Santa Cena. La Muy Ilustre y Real Cofradía de Nazarenos de la Santa Cena Sacramental y María Santísima de la Victoria es una de las hermandades granadinas más respetadas y genera una gran expectación.

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