Tras el revuelo ocasionado por la intención del emir de Catar de reconvertir la Monumental en la mayor mezquita de Europa, el debate se centra ahora en si Barcelona tendrá o no un gran centro de culto musulmán, además de la treintena de oratorios repartidos en bajos comerciales y garajes. La Federació d'Associacions de  Veïns de Barcelona (FAVB) reivindica el derecho de la comunidad musulmana a tener una mezquita y denuncia la «islamofobia» suscitada a raíz del proyecto.

Si bien la ubicación en la plaza de toros, un edificio reservado para equipamientos, sería «una cuestión discutible», el presidente de la FAVB, Lluís Rabell, apunta que «ni lo apoyaríamos ni nos opondríamos». ¿Y si se edificara en el centro? «Lo defenderíamos», aclara Rabell.

El representante vecinal recalca que «sería de justicia reparadora» que los musulmanes tengan «un lugar de culto digno» y alerta que podría haber quien «explote el filón de los prejuicios».

«La estatua de Colón vistió una camiseta de Catar», recuerda irónico Lluís Rabell recalcando que, en caso de que el jeque catarí financiara la construcción de una mezquita «no sería una de las inversiones más criticables de Barcelona». «Hay otras más criticables por estar en lugares sensibles», apunta.