El alcalde, Íñigo de la Serna, ha trasladado el pesar de los santanderinos por el fallecimiento del párroco Alberto Pico, "un referente de compromiso, entrega y dedicación, y un ejemplo de vida al servicio de los demás, algo de lo que todos los vecinos del Barrio Pesquero pueden dar testimonio".

"Alberto Pico y el Barrio Pesquero han ido indisolublemente unidos durante más de 40 años y lo seguirán estando, puesto que su labor perdura a través de las diferentes generaciones de santanderinos que se han visto beneficiados por ella", ha destacado.

En este sentido, ha subrayado la gran labor social y educativa que el párroco llevó a cabo en el Barrio Pesquero en la década de los 70, "luchando por mantener la educación de los niños del barrio, por conseguir hogares para las familias y recursos para los que se encontraban en las situaciones más desfavorecidas".

"Con humanidad y humildad, y a base de gestos anónimos, callados y sinceros, Alberto Pico contribuyó a que muchas familias, muchos niños y muchos jóvenes del Barrio Pesquero tuvieran una vida mejor, dando muestra así de un compromiso personal y social con un barrio que siempre le ha considerado como uno de los suyos y que hoy llora su pérdida", ha señalado.

De la Serna ha valorado las "palabras de aliento, de esperanza y de ilusión que siempre tuvo el sacerdote del Barrio Pesquero hacia todos quienes le rodeaban, lo que le hizo ganarse un hueco importante en el corazón de muchos vecinos no sólo del barrio, sino del resto de la ciudad y de toda Cantabria".

El alcalde ha recordado el homenaje que el Ayuntamiento rindió tanto a Alberto Pico como a Julián Torre en noviembre de 2012 por su entrega a un barrio "en el que dejaron una huella imborrable, trabajando con los pies en la tierra y codo con codo con todos aquellos que en algún momento los necesitaron".