Reparados desperfectos en la carretera Puentenansa-La Hermida por la crecida de ríos y caída de piedras

La Consejería de Obras Públicas y Vivienda del Gobierno de Cantabria ha reparado y corregido algunos desperfectos en la carretera autonómica CA-282 entre Puentenansa y La Hermida, debido a las intensas lluvias de los últimos meses que producían un "serio peligro" para la seguridad vial, tanto por la crecida de los caudales como por la caída de piedras sobre la calzada.

La Consejería de Obras Públicas y Vivienda del Gobierno de Cantabria ha reparado y corregido algunos desperfectos en la carretera autonómica CA-282 entre Puentenansa y La Hermida, debido a las intensas lluvias de los últimos meses que producían un "serio peligro" para la seguridad vial, tanto por la crecida de los caudales como por la caída de piedras sobre la calzada.

En concreto, a la altura del kilómetro 11, en Rionansa, se producían desbordamientos del río Tanea en época de fuertes lluvias, ya que la capacidad hidráulica de la obra del drenaje se veía "sobrepasada" por el caudal y el agua de escorrentía llegaba a la plataforma de la carretera, con el consiguiente problema para la seguridad vial y la afección de las viviendas existentes junto a la misma.

Dentro de las actuaciones de Carreteras Autonómicas, la Consejería ha realizado una obra con nuevo diseño que ha requerido autorización de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Los trabajos no han podido realizarse antes puesto que ha habido que esperar a la disminución del caudal de agua tras un invierno lluvioso, que se ha prolongado con el deshielo de la nieve caída, ha indicado el Gobierno regional en nota de prensa.

La nueva obra de drenaje es de hormigón armado, así como los hastiales y la losa superior, y con la misma se ha acometido un cambio total de los servicios afectados.

MALLA

A esta obra, ya terminada, hay que añadir la colocación de una malla de 300 metros de longitud y 10 de anchura en el punto kilométrico 23, en el término municipal de Peñarrubia, para evitar las frecuentes caídas de piedras sobre la calzada.

La malla es de alambre de acero y se colocará a primeros de este mes, fijándose su coronación con 'cachava' alta para recibir las piedras que caigan de la montaña. Se ha tenido que talar un pequeño arbolado que dificultaba su colocación, y se ha desbrozado también arbusto bajo.

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