La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre mantendrá la función de impresión de billetes de euro incluso cuando se abra el proceso de privatización de este servicio en toda la Eurozona, por lo que deberá poner en marcha una imprenta pública y, en principio, conservará la fábrica de Burgos como suministradora del papel.

Así lo señala el Gobierno en respuesta a los diputados socialistas Pedro Saura y Luis Tudanca, que registraron en el Congreso una pregunta parlamentaria para saber cómo quedará el sistema español de fabricación de billetes una vez se ponga en marcha el modelo de procedimiento único de licitación.

En su respuesta, que recoge Europa Press, el Ejecutivo reconoce que el Banco de España le ha hecho llegar su "intención de optar por el sistema 'in house', lo que conllevaría la puesta en marcha de una imprenta pública bajo el control" del regulador para canalizar la "cuota nacional" de billetes para España. En cualquier caso, "no existe razón para que se altere la naturaleza pública" de la Fábrica de Moneda.

La fabricación del papel, por su parte, podrá mantenerse en el centro de Burgos, que la Fábrica de Moneda y Timbre considera "viable, sin perjuicio de las adaptaciones que se deban realizar cuando se apruebe el nuevo modelo".

Aún no hay reglamento.

Además, el Ejecutivo subraya que la plantilla de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre es "altamente cualificada y experta en la producción e impresión del billete euro así como de otros documentos oficiales", por lo que cree que lo "previsible" es que "los niveles de actividad y competitividad" que registra actualmente se mantengan cuando cambie el sistema.

En cualquier caso, el Gobierno recuerda que el Banco Central Europeo (BCE) aún no ha publicado un "modelo normativo nuevo" para regular el procedimiento único de licitación europeo, por lo que de momento se sigue aplicando "con carácter transitorio" lo previsto en un documento que la entidad que preside Mario Draghi aprobó en 2004.

Según dicha orientación, la adquisición de billetes en euros debería realizarse por un procedimiento competitivo de licitación común al Eurosistema a partir de, a más tardar, el 1 de enero de 2012. De este modo, los bancos centrales de los estados del euro que tuvieran una imprenta interna o usaran una imprenta pública podrían decidir no participar en el proceso y mantener su producción propia, aunque dicha decisión podría ser modificada en el futuro aunque de forma "irrevocable".

Aquellos países que opten por el procedimiento único de licitación sacarán a concurso los contratos de suministro de sus billetes de euro garantizando la igualdad de condiciones para todas las imprentas participantes, y "permitiendo la competencia entre las imprentas internas, públicas y privadas de un modo transparente e imparcial que no conceda ventajas injustas a ningún participante".

Además, los contratos de suministro entre la autoridad bancaria nacional y la imprenta también deberán contener requisitos mínimos comunes para "garantizar condiciones uniformes a todas las imprentas contratistas" independientemente del país con el que contrate.