Un pescador que faenaba este domingo por la mañana cerca de la cala Taballera, en el Cap de Creus (Girona), ha capturado de forma fortuita un tiburón que pesa 220 kilos y mide 4,7 metros de longitud. El escualo  se enredó en sus redes y falleció.

Las primeras hipótesis apuntan a que podría tratarse de un tiburón peregrino, uno de los tiburones más grandes conocidos aunque no es peligroso. Esta especie, en peligro de extinción, se alimenta de zooplancton, pequeños peces e invertebrados. Suele entrar en bahías cerradas y puede avistarse en primavera y verano.

Hug Gallart, responsable de la Escuela de Vela del Club Náutico del Port de la Selva, ha visto la llegada de la embarcación a puerto y ha explicado a ACN que el pesquero no ha podido izar el tiburón fuera del agua, por lo que ha tenido que arrastrarlo hasta el Port de la Selva, donde Cofradía de Pescadores lo ha guardado en una cámara frigorífica con la ayuda de una grúa, según ha explicado la policía local.

"El pescador nos ha explicado que puso las redes el sábado y que, este domingo, cuando ha ido a recogerlas se ha encontrado el animal muerto", ha comentado Gallart, quien ha añadido que los ejemplares de esta especie necesitan estar nadando las 24 horas del día.

Tanto él como otros vecinos de la localidad han asegurado que se trata de una captura "singular" puesto que normalmente estos animales no frecuentan la zona del Cap de Creus. "Se habían encontrado atunes gordos y otros pescados pero estos tiburones acostumbran a estar más hacia el sur, por allá Andalucía", ha explicado. "Es una cosa inédita, no había visto nunca un tiburón tanto grande", ha agregado.

Esta singular captura ha levantado mucha expectación en el puerto de la localidad, en plena fiesta de san Baldiri. Además, hacía años que no se encontraba un ejemplar de estas dimensiones por lo que investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) se desplazarán este lunes hasta el municipio para estudiarlo y practicarle la necropsia en la facultad.

Horas más tarde, la Generalitat ha informado que se trata de un tiburón zorro, que vive a entre 30 y 500 metros de profundidad, por lo que son difíciles de ver y de pescar. Suelen medir entre tres y cuatro metros y pesar unos 160 kilos, aunque algunos ejemplares llegan a los cinco metros de largo y los 360 kilos de peso. Tienen una larga cola que usan para capturar a sus presas, que suelen ser sardinas y arenques. De hecho, de los 4,7 metros que mide el ejemplar encontrado, tres corresponden a la cola.

Es una de las especies de tiburón más caloradas comercialmente por la calidad de su carne y sus largas aletas, y su piel se usa para la elaboración de cuero. El tiburón zorro es una de las especies de escualos del Mediterráneo y se encuentra en peligro de extinción: se calcula que en los últimos 15 años ha desaparecido el 80% de la población mundial.