Imputado por cazar ilegalmente en Burgos 14 corzos cuyos trofeos se envió por correo a Huelva

El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha imputado a un hombre de 34 años, M.R.G, un delito contra la fauna y la flora por la supuesta caza ilegal de 14 corzos en la provincia de Burgos cuyos trofeos se enviaron por correo a Huelva, según han informado a Europa Press fuentes del Instituto Armado.
Trofeos de corzo decomisados por la Guardia Civil.
Trofeos de corzo decomisados por la Guardia Civil.
GUARDIA CIVIL.
Trofeos de corzo decomisados por la Guardia Civil.

El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha imputado a un hombre de 34 años, M.R.G, un delito contra la fauna y la flora por la supuesta caza ilegal de 14 corzos en la provincia de Burgos cuyos trofeos se enviaron por correo a Huelva, según han informado a Europa Press fuentes del Instituto Armado.

Los hechos se han producido dentro de la campaña de prevención contra la caza furtiva, intensificada en Semana Santa, cuando se han detectado posibles irregularidades en la zona norte de la provincia.

Ante la de que cazadores furtivos pudieran operar en la provincia, se diseñó un dispositivo conjunto de localización de la Guardia Civil coordinado con agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León que participaron en el operativo.

Así, dos personas que habían permanecido hospedadas al norte de la provincia durante varios días, fueron interceptadas en una carretera burgalesa cuando regresaban en su vehículo particular a sus domicilios en una localidad de la provincia de Huelva.

Tras ser identificados, se giró un registro superficial al vehículo donde fueron localizados dos rifles dotados de silenciador —prohibida la sola tenencia—, así como munición para las armas, cuchillos y emisoras.

Sin licencia

Requeridas las autorizaciones necesarias para la práctica cinegética en Castilla y León, los individuos carecían de licencia, precintos y documentación que amparara la caza legal en la Comunidad, por lo que los útiles de caza localizados fueron requisados, tras lo que se levantaron actas-denuncias por las infracciones observadas.

Las mismas fuentes han señalado que al ser frecuente el traslado de furtivos a otras provincias para la caza del corzo, por parte del Seprona de Burgos se abrió una investigación, ya que en el vehículo no fue encontrado trofeo alguno ni restos de animales.

Esa misma tarde uno de los implicados fue sorprendido por el Seprona de Doñana y Niebla, cuando recogía un envío postal en Huelva; el interior del paquete desprendía un fuerte olor a descomposición.

Requerido para que mostrara voluntariamente el contenido, una vez abierto se recuperaron 14 cráneos de corzo macho, descarnados pero sin ser tratados por técnicas de taxidermia, que carecían de precinto obligatorio para el traslado de los trofeos, por lo que fue imputado como autor de un delito contra la fauna y la flora.

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