La Orquesta Sinfónica de Castilla y León estrena esta semana, en el marco del concierto de abono número 14, la obra 'El sueño de Gaudí', creada por el pianista y compositor Albert Guinovart.
El principal director invitado Vasily Petrenko estará al frente de este concierto, que acogerá el estreno de la obra de Guinovart, encargada por la OSCyL y que se presentará posteriormente en la Casa de la Música de Oporto el 3 de mayo.
El propio compositor explica, en referencia a su obra, que mantiene vínculos con su musical 'Gaudí', del que ha extraído material temático para esta nueva obra, "pensada en ser el primer movimiento de una futura sinfonía".
El próximo concierto de abono contará también con la presencia del violinista taiwanés Ray Chen para la interpretación del Concierto para violín y orquesta en Re mayor, op. 35 de Piotr Illich Chaikovski, pieza que acaba de grabar para Sony Classical y que llevó al joven intérprete a alcanzar el primer premio del Concurso Queen Elisabeth de Bruselas en 2009.
La obra, según destaca el Auditorio Miguel Delibes en una información recogida por Europa Press, fue concebida por Chaikovski en unas vacaciones a orillas del lago Lemán bajo el asesoramiento del virtuoso violinista Josef Kotet, quien se comprometió a estrenarlo; no obstante, llegado el momento del estreno se echó atrás, al igual que el primer violinista ruso Leopold Auer y el francés Èmile Sauret, lo que alimentó la leyenda sobre la supuesta imposibilidad de su ejecución.
Por fin, en 1881 se estrenó por el violinista ruso Adolf Brodsky junto a la Filarmónica de Viena siendo actualmente una de las piezas más populares del repertorio, aunque mantiene su fama de ser una de las páginas más difíciles de la literatura violinística.
El programa se completa con la Sinfonía número 6 en Mi bemol menor, op. 111 de Sergei Prokofiev, quien la compuso fruto de una dolorosa enfermedad y afectado por la incomprensión que recibió a su regreso a Rusia.
"El triunfo ruso sobre la inversión germana, que debía ser la fuente inspiradora de la obra, se vio sustituido por un sentimiento trágico en el que el lamento por los caídos se une a la crítica de la política de Stalin", señalan las mismas fuentes antes de recordar que la obra fue censurada pocas semanas después de su estreno.
La pieza, que se caracteriza por su tonalidades oscuras, "es una muestra de expresión contenida reflejo del absurdo enjuiciamiento a que se vieron sometidos los compositores rusos por el régimen estalinista".
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