Los familiares sufren. El horario de visitas es restringido a unas franjas por la mañana y la tarde. Solo pueden comunicarse con ellos a través de un viejo telefonillo. Tienen un cuarto de hora para acariciar el vidrio rejado. Al terminar, les permitirán unos segundos para un abrazo. Cada una de las visitas es concebida como un último adiós. Papá no volverá más. El abuelo se ha ido. Mi marido ya no está. Sesenta días de despedidas eternas.

Miriam Martínez conoce esta letanía. Tiene 22 años y lleva dos años y medio de relación estable con Mohamed. Un día, los Mossos d’Esquadra llamaron a casa y dijeron que tenía que personarse en la comisaría. Ella le recomendó que fuera, que debía confiar en la Policía. Nunca más volvió. "Me siento mal, tan impotente, he pasado semanas enteras sin apenas pegar ojo. Son unos sinvergüenzas, destruyen las vidas de las personas sin importarles nada", explica.

Miriam está estudiando y no tiene trabajo. Debe gastarse 10 euros en cada viaje para visitar a su chico. "Nadie te proporciona información. No te ofrecen ninguna solución, y con los abogados es un lío enorme, se lavan las manos", cuenta.

Un día llamó al CIE y le dijeron que Mohamed ya había sido deportado. "¿A dónde?", preguntó muy nerviosa. El funcionario le explicó que no podía facilitarte el lugar, los familiares debían saber que al primer vuelo... "¿Cómo puede ser esto así?", gritó.

Días más tarde Mohamed le hizo llegar un mensaje desde el CIE: seguía encerrado. "No nos merecemos esto. Mohamed no se lo merece. Yo lo quiero mucho, es buen chico. Nos hacen daño. E imagínate lo que sufren las familias con hijos", espeta, cargada de rabia, a la espera de saber si podrá volver a abrazar algún día a su novio.

CIES: Existen 8 en españa. En Madrid, Barcelona, Tenerife, Gran Canaria, Murcia, Valencia, Algeciras y Fuerteventura. El CIE Málaga fue cerrado en 2012. Su régimen es de total privación de libertad y la estancia máxima, 60 días. En algunos hay hacinamiento y las instalaciones son deficientes. Acarrean numerosas denuncias. En ocasiones, se utilizan otros, como el antiguo penal de la isla Palomas (Tarifa) como anexos. Se caracterizan por su opacidad y lagunas de información.

CETIS: Temporales. Son los Centros de Estancia Temporal para Inmigrantes. La diferencia con los CIES es que gozan de un régimen semiabierto y su talante es asistencial y no policial. Existen dos, en Melilla y en Ceuta. Son ingresados normalmente los migrantes que saltan la valla procedentes de África. En los últimos meses se han visto desbordados. El periodo máximo de estancia son seis meses; pero hay personas que denuncian que han estado años en estos centros.

Salas de inadmisión: La parte oscura. Se hallan en aeropuertos y zonas fronterizas. El recién aprobado reglamento de los CIES los ha dejado sin regulación, por lo que siguen considerados como limbos legales. Los internos tienen incluso menos derechos y garantías y las instalaciones son deficientes, al ser salas que se encuentran en el mismo lugar de entrada. Se sabe poco de ellos, no hay datos sobre cuántas personas están encerradas y cuál es la media del internamiento hasta que son devueltos a su país de origen.