El director de Salud Pública del Ejército de EEUU, Kevin Kiley, dimitió ayer, con lo que ha pasado a ser la tercera "víctima" del escándalo por la mala situación en la que se encuentra el hospital militar Walter Reed, centro médico en el que se atiende a los soldados convalecientes de las guerras en Irak y Afganistán,
El primero en dimitir por este escándalo fue el general George Weightman, que estaba al mando del hospital situado en las cercanías de Washington siendo el segundo el secretario del Ejército de EEUU, Francis Harvey.El escándalo sobre el
Walter Reed surgió a finales de febrero cuando el diario
"The Washington Post" denunció el mal estado de algunas de sus instalaciones donde se recuperan cientos de veteranos convalecientes de las guerras de Irak y Afganistán.
Además de problemas con la burocracia en el centro, el periódico mostraba, incluso con fotografías, que el hospital estaba infestado de moho, ratas y cucarachas.
Kiley explicó en un comunicado que su dimisión supondrá su jubilación anticipada del Ejército.
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