La secretaria de Salud de EE UU, Kathleen Sebelius, ha dimitido del cargo justo cuando la reforma sanitaria por la que ha luchado los últimos cinco años ha logrado los 7,5 millones de inscritos tras los sonoros fallos iniciales de su puesta en marcha, informaron los medios locales.

Según adelantó The New York Times, que cita fuentes oficiales anónimas, el presidente Barack Obama aceptó ya su renuncia y el viernes anunciará la designación de la directora de la Oficina de Gestión del Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca, Sylvia Mathews Burwell, como su sustituta.

La secretaria de Salud y Servicios Sociales había anunciado este jueves mismo ante un comité del Senado que la cifra de inscritos en los seguros médicos privados de la reforma sanitaria conocida como 'Obamacare' alcanzó ya al menos 7,5 millones de personas, 400.000 más que las anunciadas la semana pasada por el propio Obama.

La cifra de 7,1 millones de inscritos revelada el pasado 1 de abril por Obama no tenía en cuenta todas las solicitudes efectuadas en el último momento en los mercados estatales de seguros médicos ni las personas a las que se les autorizó completar su inscripción una vez vencido el plazo del 31 de marzo, explicó Sebelius pocas horas antes de que trascendiera su renuncia.

En marzo, el Gobierno de Obama concedió a aquellos que tenían dificultades a la hora de finalizar su inscripción antes del 31 de marzo un plazo adicional hasta el 15 de abril para completar el proceso que les permitirá tener un seguro médico durante este año, y algunos estados han ampliado también sus fechas límite.

Obama celebró la semana pasada como un triunfo la cifra inicial de 7,1 millones de inscritos, superior al objetivo de 7 millones planteado inicialmente por la Casa Blanca y que se creía irrealizable debido a los numerosos problemas en la web de los mercados de seguros durante sus primeras semanas activa.

The New York Times, que cita fuentes del Gobierno, informó de que Sebelius, de 65 años, no fue forzada a dimitir, y que su salida del gabinete de Obama responde a una decisión personal.

Sin embargo, agrega que la frustración de la Casa Blanca por su desempeño en el cargo cada vez era más clara y había asesores cercanos a Obama que temían que los problemas que ha tenido el sistema de inscripción en el nuevo programa de salud pudieran perjudicar gravemente la gestión del presidente.