Mónica Carrillo: "Toca apretar los dientes, tragar saliva y contener las emociones"

  • La presentadora de informativos de Antena 3 publica su primera novela.
  • 'La luz de Candela' le ha servido de válvula de escape a tanta realidad.
  • "Nunca he esperado todo lo bueno que me ha pasado: ni siquiera creí que podría presentar un informativo".
Mónica Carrillo
Mónica Carrillo
Planeta
Mónica Carrillo

Es una de las caras más conocidas de los informativos, Antena3 a las 21 h, la que ahora se esconde tras las páginas de un libro. Se adentra Mónica Carrillo por primera vez en un terreno bien alejado de la labor por la que se la conoce: la ficción. Tanto ha querido distanciarse de su trabajo que ni siquiera ha contextualizado su novela La luz de Candela (Planeta), una historia de amor y desamor, y sobre todo: pasión.

¿Cuál es el origen de esta novela? Nunca había publicado usted ficción...

Soy muy observadora y me gusta recoger por escrito lo que veo, pero nunca había querido hacer algo así. En los últimos tiempos fue creciendo esa necesidad y esa ilusión por contar algo al público, en parte alentada por Twitter. Al lanzar microcuentos me surgió la idea de no limitarme a 140 caracteres y narrar una historia.

¿No pertenece pues a la 'lista' de periodistas que siempre quisieron ser escritores?

No, en mi caso ha sido una evolución. Ni en mis sueños más remotos había imaginado escribir un libro. Por eso estoy tan ilusionada. La vida siempre me ha sorprendido para bien, porque quería ser periodista pero no imaginaba que podía presentar las noticias. La vida me pone retos y los acepto con mucho entusiasmo.

A ver si al final se va a tratar de no tener expectativas muy altas...

Sí hay que tener mucha ilusión, se lo digo a los estudiantes que van a la tele, que con 20 años nadie te puede robar tus ilusiones. Pero más que rebajar las expectativas se trata de no ser tan concreto como, por ejemplo: quiero presentar un informativo a las nueve. La clave para mí es la ilusión.

Nunca se había propuesto escribir algo, ahora que lo ha hecho ¿le da pudor aunque sea ficción?

No, te sacudes el pudor y el vértigo cuando decides a escribir. Y escribí para eso, para ser libre y me he apartado de mi faceta periodística para esto. Lo maravilloso es ficcionar: el mundo está en tus manos. He escrito ficción, y no he pensado más allá. Quien quiera buscar buscará, pero los personajes son ficticios.

El mundo está en sus manos cuando escribe, ¿al contrario que en los informativos?

Eso es. En el informativo estoy muy sujeta y es mi obligación y responsabilidad ser muy rigurosa y neutra. Me he alejado del todo en la novela de la realidad, ni siquiera he contextualizado, hablo de emociones. Y es intencionado. Es una historia de emociones, de un gran amor y desamor, y una pasión. Mi aspiración es emocionar a los lectores, que empaticen con la protagonista.

¿Y cuál es su aspiración como periodista?

No me pongo metas, es que he tenido tanta suerte que espero que la vida me siga sorprendiendo. Me siento muy afortunada de dedicarme a lo que más me gusta que es ser periodista, estar a las nueve en un informativo de referencia y además poder crecer como autora con ficción o participar en programas de radio con otros modelos... Me encanta hacer entrevistas. No tengo metas, tengo inquietudes.

¿Cambiaría el informativo por un programa de entrevistas?

Esas decisiones ni me las planteo hasta que no llegan. Cuando llegue ese río cruzaremos el puente. Pero no me planteo dejar los informativos para nada.

¿Le ha servido de válvula de escape la literatura? Porque la época no está siendo nada agradable para informar...

Sí, ha sido una válvula y una salida de esa realidad que se impone tozuda cada día, y aunque me gusta mucho la información, seguramente crece esta vertiente literaria para amortiguar la dureza del día a día.

¿Cómo se lleva?

No es agradable, pero es mi responsabilidad y toca apretar los dientes, tragar saliva y contener las emociones. Transmitir de la manera más sobria.

¿Y siempre se puede?

Somos personas y hay momentos complicados. Recuerdo este verano con el accidente de Santiago: se me hacía muy complicado transmitirlo siendo consciente de que muchas familias se enteraban por nosostros. Eso hace que seas más preciso y riguroso, lo emocional está ahí y es doloroso, pero es cuando llegas a casa cuando aflora todo.

¿Alguna vez ha tenido que esconder las lágrimas?

Me emocioné con el accidente de Santiago cuando rendían homenaje. No en los momentos del accidiente en sí por la tensión informativa. Una semana después a la misma hora conectamos en directo y tengo que reconocer que se me hizo un nudo y tuve que parar un poco. Me sorprendí, pero nuestro trabajo consiste en que esos momentos sean los menos. No te puedes dejar arrastar por las emociones.

Si puidera elegir, ¿qué noticia le gustaría dar?

Me gustaría decir que se ha acabo el paro, pero eso es una utopía. Iría en esa línea. Y las que tienen que ver con aspectos de salud, una vacuna o un avance médico, y siempre con mucho respeto porque no se pueden generar falsas expectativas.

¿Puede perjudicarle más que favorecerle literariamente ser conocida?

Una parte ya está ganada porque soy conocida, pero también por eso se nos mira más. Lo asumo con valentía y me gusta que sea así. Lo que espero es que las críticas sean benévolas.

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