La cabeza de María Luisa no descansa nunca, sobre todo en lo que se refiere a los proyectos relacionados con la asociación que preside, Andex, que agrupa a los padres de niños oncológicos de Andalucía. Ésta fue una de esas ideas que se hizo realidad consiguiendo, entre otros logros, la planta oncológica infantil donde cientos de niños reciben los cuidados más avanzados dentro del hospital Virgen del Rocío. «La planta está funcionando perfectamente, pero queda terminar del todo el proyecto. Es costoso y todos los esfuerzos son pocos».
Aunque el trabajo y el esfuerzo no parecen asustar a esta sevillana de Santa Cruz, novena hija de 14 hermanos, que aprendió pronto a compartir. «Nunca estrené nada, lo heredé todo». Su vocación por mejorar un poquito el mundo la llevó al Vacie muy joven. Allí trabajó en la guardería que por aquel entonces existía en el asentamiento chabolista. Después colaboró con las monjas Santa Teresita cuidando a los hijos de las prostitutas. Y, de camino, estudió empresariales y un curso de alta dirección de empresa social.
María Luisa es presidenta de Andex, pero no duda en remangarse para montar festivales y galas, o para hacer de relaciones públicas buscando financiación para hacer que lo que parece imposible se convierta en realidad. A sus 64 años, ha llamado a infinidad de puertas pidiendo ayuda para sus niños y, afortunadamente, muchas han abierto.
Más de 30 años
Hace más de tres décadas, tras un caso en su familia, fundó Andex con otras personas, y asegura que, aún hoy, le sigue afectando ir al hospital. «Las situaciones se repiten y tengo que evitar a toda costa que lo emocional afecte al funcionamiento de la asociación».
Como orgullo, saber que no faltan proyectos para estos niños y sus familias y, sobre todo, saber que las cosas han cambiado mucho. «Se ha conseguido con los años mayor esperanza de vida y se sigue investigando». Algún día –de eso está segura María Luisa– se encontrará la solución definitiva a una enfermedad que no tiene en cuenta ni la edad ni la inocencia. Ése es su mayor deseo y por él trabaja.
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