22 personas fallecieron ayer y decenas sufrieron contusiones y quemaduras cuando un Boeing 747-400 de la aerolínea estatal Garuda, con 133 pasajeros y siete tripulantes, se incendió al aterrizar violentamente en el aeropuerto de Yogyakarta. El piloto no logró frenar el aparato y se salió de la pista hasta llegar a un campo de arroz.Según Garuda, los equipos de rescate encontraron en el avión calcinado 21 cadáveres, mientras que la otra  víctima murió fuera del aparato por las heridas sufridas. Seis tripulantes y 112 pasajeros pudieron salir del avión, que quedó calcinado. La aerolínea ha asegurado que la aeronave estaba en buenas condiciones. El Gobierno indonesio no ha descartado que se trate de un sabotaje o de un atentado terrorista.